Algunos caminan golpeados por sus respectivas ciudades, bebiendo el trago amargo de la derrota. Magullados por el resultado electoral del domingo, los intendentes alperovichistas que perdieron en sus distritos en manos de la oposición o, en muchos casos, por vertientes del mismo oficialismo coinciden en que el actual sistema electoral perjudica por igual a oficialistas y opositores.
Todos, menos el intendente de Tafí del Valle, Jorge Yapura Astorga, estaban imposibilitados de buscar la reelección en sus cargos, ya que la Constitución no se los permitía. Por eso, una porción importante de esos caciques municipales del interior optó por poner a sus respectivas esposas para que los sucedan. Pero ocurre que, en la mayoría de los distritos, comenzaron a aparecer nuevas figuras apuntaladas desde el mismo oficialismo. ¿El objetivo de la estrategia? Que todos los candidatos a intendente traccionaran para la fórmula gubernamental del Frente para la Victoria integrada por Juan Manzur y Osvaldo Jaldo.
Uno de los casos emblemáticos donde el oficialismo gobernante fue derrotado -siempre partiendo de los datos que arrojó el escrutinio provisorio- es en Banda del Río Salí. En esa localidad situada en el Departamento Cruz Alta, la hermana del actual intendente Zacarías Khoder, Camila “Monona” Khoder fue derrotada por Darío Monteros, funcionario del PE y candidato del partido Acción Regional, que lidera el secretario de la Legislatura Juan Antonio Ruiz Olivares.
Otro caso similar ocurrió en el municipio de Las Talitas. Allí, el intendente Luis Morghenstein gobierna desde 2003. Y como la Constitución no le permitió pelear por un nuevo período decidió apuntalar a su esposa y legisladora, Adriana Najar, para que lo suceda. Por una disputa familiar, Carlos Najar, hermano de la parlamentaria y actual presidente del Concejo de esa ciudad, también se presentó como candidato y, según los datos del escrutinio provisorio, aparece como el vencedor de esta contienda en el municipio que fue creado en la década de los 90.
No obstante, la esposa de Morghenstein pidió prudencia a la hora de nominar vencedores y derrotados (ver aparte: “Encontramos irregularidades...”).
Otro caso de intendentes que no pudieron posicionar a sus respectivos delfines fue el del taficeño Javier Pucharras. El postulante del actual jefe municipal de la Ciudad del Limón fue Miguel “Micky” Bolea, quien compitió contra dos alperovichistas: el legislador Alejandro Martínez y el secretario de Innovación y Desarrollo Tecnológico, Javier Noguera. Finalmente -de acuerdo al escrutinio provisorio- logró imponerse este último. Noguera también compitió bajo el paraguas político de Ruiz Olivares.
Luis Alberto Olea es otro de los intendentes que quedará en el llano en octubre, cuando finalice su mandato como intendente de Monteros. Al igual que otros jefes municipales que no pueden buscar un tercer mandato, Olea postuló a su esposa, la diputada María del Carmen Carrillo, para que lo reemplace en el cargo. Olea también debió lidiar con el aparato electoral de Ruiz Olivares que desembarcó en Monteros. En ese distrito se impuso -de acuerdo siempre a los números preliminares- el empresario Francisco “Pancho” Serra. Según opinó Olea, dirimir candidaturas mediante una interna en el Partido Justicialista es “más saludable” para el sistema democrático. (ver aparte “Dirimir candidaturas...”).
En tanto, en dos municipalidades el oficialismo perdió el poder ante la oposición por la disputa interna. En el caso de Yerba Buena, el radical Mariano Campero logró vencer al aparato alperovichista que llegó dividido en dos: el legislador Sisto Terán, por un lado, y el titular del Ente Tucumán Turismo Bernando Racedo Aragón.
En Bella Vista también triunfó la oposición. En ese distrito, Cristina Romano, esposa del intendente Luis Espeche, y el legislador Manuel “Manolo” Fernández no pudieron doblegar al radical Sebastián Salazar.