Las senadoras por Tucumán, Beatriz Rojkés (Frente para la Victoria) y Silvia Elías de Pérez (Unión Cívica Radical) mantuvieron un fiero cruce durante la sesión en la Cámara Alta que se realizó ayer. La discusión fue motivada por la presentación sobre tablas, por parte de la radical, de un proyecto de declaración para que el Senado repudie la violencia que se vivió durante la elección del domingo y durante la noche del lunes, cuando la Policía reprimió la masiva movilización que se manifestaba en la plaza Independencia, en contra del presunto fraude electoral.
Durante la presentación del tema, Elías citó palabras pronunciadas por la presidenta, Cristina Fernández, en marzo de 2003 -era senadora por Santa Cruz-, en alusión a la quema de urnas que seguidores del gremialista Luis Barrionuevo habían realizado en Catamarca. “Ella decía que una urna es, sobre todo, el símbolo vivo de la democracia, el lugar donde se deposita la voluntad popular. Y decía que lo que está en juego es la credibilidad de las instituciones y la idoneidad de cada uno de nosotros”, recordó. Añadió que el lunes, miles de familias y de ciudadanos se manifestaron en forma pacífica por la transparencia. “A cambio recibieron una brutal represión; hicieron intervenir la Policía montada, como en las épocas más negras de la dictadura. Y dicen que no sabe quién dio la orden. Pensar en que la Policía puede actuar en forma autónoma me da pavor”, dijo Elías.
Antes de Rojkés, salió a contestarle el otro senador oficialista de Tucumán, Sergio Mansilla. Responsabilizó a la oposición por lo que se vive en la provincia. “Situación en la que nos involucraron los mismos políticos, al no aceptar la derrota. Salvo cuando el gobernador (José) Alperovich fue candidato, que ganó en todos los departamentos, siempre el peronismo sacaba muchos votos en el interior, y en la capital no nos iba tan bien. Esto pasó el domingo: en la capital ganaron los socios políticos de la oposición; socios circunstanciales, porque Elías de Pérez (había denunciado) judicialmente a (Domingo) Amaya por ladrón; dijo que se robaron $ 20 millones; meses después, Amaya es su candidato a vicegobernador”, chicaneó Mansilla. Y siguió con la ironía: “hicieron la alianza (Acuerdo para el Bicentenario) para ganar la elección; porque cuatro meses antes de (los comicios) Manzur (medía) 37%, Cano 20% y Amaya 20%. Entonces, hicieron lo que hacen los inexpertos en política: creer que dos más dos es cuatro”. Y le reclamó a la oposición que reconozca la derrota. “Les ganamos, tengan la grandeza de reconocer que fueron los perdedores. Fueron elecciones transparentes; estamos esperando que se abran todas las urnas”, dijo.
Ellos y nosotros
Rojkés inició su alocución con la dicotomía ellos/nosotros. “Nuestros opositores no son gente de bien. (Nosotros) cambiamos Tucumán, hace 12 años que estamos trabajando fuerte, y Tucumán está mejor, está de pie, a pesar de todas las denuncias (de estos) denunciantes seriales”, arremetió. Y luego, se ensañó con Elías de Pérez. “Se la tira de virgen y se disfraza por ahí. Y voy a hablar de violencia contra la mujer, de la cual es víctima: quiere ser intendenta, la bajan y ponen a un peronista. Esperaba que alguien de la banca de la mujer salga a defender esta pobre mujer, que la dejaron sola y la humillaron; y sin embargo sigue, pese a todo el maltrato que ha sufrido... que le encanta, porque la violencia se da de a dos; es como un matrimonio de violentos y de golpeados”, afirmó. Las redes sociales estallaron luego, para repudiar lo que se señaló como un nuevo exabrupto de Rojkés -en este caso, contra las víctimas de violencia de género-, que ya había tildado de “borracha” a la familia de una nena asesinada y que había tratado de “vago de miércoles” a una víctima de la última inundación.
Elías solicitó una sanción para Rojkés. “La cantidad de cosas que dijo las voy a presentar por escrito; (pido) una cuestión de privilegio. Me llamó desde mala persona; yo no fui a romperle su negocio, ni su casa; ni aceptaré las barbaridades que me dijo acá”, afirmó.
Rojkés cerró el debate con una defensa a su persona: “nunca falté el respeto a nadie; me hicieron operaciones de prensa, me ridiculizaron; nunca me victimicé, nunca lloré, no es mi estilo. Nuestra única respuesta fue trabajar para Tucumán; y voy a seguir trabajando”.