Bajo Hondo juega dos torneos. Uno es el Regional, en el que cada fin de semana va de punto frente los mejores 15 equipos del NOA. El otro es uno que juega los otros seis días de la semana, siempre contra el mismo rival: sí mismo. Cada jornada que pasa sin tirar la toalla frente a los golpes de su realidad humilde y todavía falta de experiencia, es un partido ganado. Porque mantener la motivación de seguir yendo a entrenar pese a la crudeza de los resultados no es una lucha sencilla.
“Es una situación difícil, porque no se trata simplemente de una transición a nivel equipo. Esto es un trabajo a largo plazo que involucra a todo el club”, explica César Ponce, hombre de Cardenales invitado por el club del parque Guillermina no solo para hacerse cargo del plantel superior, sino también para aportar su experiencia y métodos de trabajo en la misión de reconstruir Bajo Hondo. Para todo ello, cuenta con la colaboración de Marcelo Peñok, Marcelo Rivet, Gonzalo Díaz (los tres con pasado “purpurado”) y Rubén Stancampiano, de Old Lions.
“Como entrenador, mi objetivo es aportar y afianzar conceptos: trabajar la obtención, la técnica del tackle, la circulación ofensiva, la organizacion defensiva, etcétera. Son herramientas que podrán utilizar como jugadores y también el día de mañana cuando sean entrenadores”, amplía.
“Por supuesto, el equipo todavía siente el cambio de categoría. Es consciente de que la brecha con los otros equipos todavía es grande, pero continúa con la expectativa de pelear la permanencia y la convicción de que este es el camino a seguir: entrenándose, yendo al gimnasio, manteniendo la estructura. Les recordamos a los jugadores que se ha hecho mucho esfuerzo como para caerse ahora. Y en algunos partidos hemos arrimado la nariz”, resume la situación de un equipo que, a pesar de las derrotas, no ha perdido lealtad para jugar.
“Es uno de los valores que queremos dejar sembrados en el club. El orden y la disciplina deben ser un estandarte. Y hasta acá, casi siempre hemos cometidos menos penales que el rival. Si el scrum va para atrás, tratar de mantener la postura. Si nos hacen un try, a levantarse y empezar de nuevo. Ser buenos anfitriones. Inclusive el comportamiento del público ha mejorado en los últimos años. Y también se ha aumentado la frecuencia de los entrenamientos. Es un plantel corto, pero que tiene compromiso”, destaca “Mostaza”, para quien, como en todo proceso largo, son indispensables la paciencia y la perseverancia.
“Se está trabajando también en la captación de chicos para las divisiones juveniles e infantiles. Porque el futuro del club está ahí. De nada sirve buscar resultados si primero no formás una estructura para sostenerlos. Sería pan para hoy y hambre para mañana”, graficó Ponce.