“El desafío es grande. Tenemos que reconocer que la droga está instalada entre nosotros. No permanecer indiferentes. Entre todos debemos generar una red social que propicie la cultura de la vida que comprenda padres, docentes, funcionarios, medios de comunicación, instituciones religiosas y a todos los ámbitos sociales”. El arzobispo emérito, cardenal Luis Héctor Villalba, dejó en claro que “la situación es grave y requiere de una acción mancomunada de toda la sociedad que pueda transformarse en política de Estado”.
Después de siete días de lluvia y frío, el sol derrochó luz y tibieza sobre la Fazenda de la Esperanza, que se inauguró ayer, en medio de una multitud emocionada y feliz. En su homilía, el cardenal recalcó que el de la droga “es un problema de toda la sociedad”, pero dejó en claro que “las autoridades son las primeras responsables en responder a este desafío. Para ello debe concientizar a la sociedad y luchar contra el tráfico de drogas. Son deberes ineludibles”, remarcó el cardenal, que presidió el acto en representación del arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca, que se encuentra de viaje. Pero dejó una carta con su bendición pastoral que fue leída durante la celebración.
La misa fue concelebrada por más de medio centenar de sacerdotes. Se encontraba, en primer lugar, monseñor José Melitón Chávez, impulsor del proyecto y de los misioneros de la Fundación Virgen de La Merced Redentora de los Cautivos, que tuvo a su cargo la obra. También estuvo presente fray Hans Stapel, uno de los fundadores de la Fazenda de la Esperanza en Brasil, y el obispo de Concepción, monseñor José María Rossi, promotor de la primera Fazenda de Tucumán, instalada en Monte Redondo, Aguilares, además de muchos sacerdotes de la arquidiócesis. Jóvenes de los grupos Esperanza Viva y sus familiares, voluntarios y gran cantidad de amigos participaron de la misa.
Durante la misa, monseñor Villalba remarcó “la gravedad del problema de la venta y consumo de drogas, expuesta sin pudor en las calles, sobre todo de los barrios más pobres”. Recordó las estadísticas recientes del Observatorio de la Deuda Social de la UCA que afirma que la venta y consumo de drogas han aumentado el 50% en los últimos cuatro años. “Diariamente muchos de los que padecen adicción encuentran la muerte en la calle o, desesperados, se quitan la vida”, dijo al recordar hechos que fueron reflejados en las páginas de LA GACETA la semana pasada. La imagen de Nuestra Señora de la Merced estuvo presente durante toda la ceremonia. Monseñor Villalba destacó su protección, sobre todo ayer que coincidía con la festividad de la Asunción de María Santísima. “La Asunción es la fiesta de la esperanza. Ella es garantía de consuelo y esperanza para el pueblo que peregrina en la tierra”, destacó el prelado.
Presencia fundadora
Fray Hans, de origen alemán, y el laico consagrado Nelson Giovanelli, de Brasil, llegaron a Tucumán para acompañar la inauguración de la Fazenda número 17 en la Argentina. Las hay también en Buenos Aires, Córdoba, La Rioja, Salta y otros lugares. Desde hace más de 30 años, cuando fray Hans y Nelson crearon el modelo en Brasil, se han replicado con el mismo espíritu más de100 centros de recuperación de jóvenes adictos en todo el mundo. La fórmula para desterrar la droga de la sociedad es esta, dice fray Hans: “La Eucaristía sustenta nuestras fragilidades. Tengan el coraje de dejar las 99 ovejas y salir en busca de la única que está perdida”.
Apostillas
¿Dónde está ubicada?.- La Fazenda de la Esperanza es un predio de 30 hectáreas que se encuentra en la zona El Saladillo, cerca de El Cadillal. Al ingresar lo primero que se lee es la frase “Paz y bien”, como era el saludo de San Francisco de Asís. Adentro hay dos casas donde viven los jóvenes durante un año, para realizar su recuperación, y una capilla.
¿Cuántos jóvenes alberga?.- El centro de El Cadillal tiene capacidad para 40 chicos.
¿Cómo es el Modelo?.- El proyecto surgió en Brasil en 1983. Se apoya sobre tres pilares: la espiritualidad, la convivencia y el trabajo. Es un espacio de puertas abiertas e ingreso voluntario, que se sostiene a partir de la producción de los caminantes, que son los jóvenes que comenzarán su proceso para cambiar sus hábitos. Los participantes elaboran productos como pan que, luego, sus familias venden para contribuir a los gastos de la institución. En la Fazenda habrá panadería y talleres de aprendizaje de oficios, además de huerta y criadero de animales.
Sin fármacos ni tratamiento médico.- El proceso de recuperación prescinde de tratamientos con medicamentos para cortar la adicción. El método se funda en el acompañamiento y la contención de los voluntarios que ayudan a dejar atrás al “hombre viejo” para nacer a una nueva vida.
Autoridades Presentes.- Durante la inauguración, en primera fila, se encontraba el intendente Domingo Amaya y a su lado el candidato a gobernador José Cano. Más atrás se encontraban el ministro de Economía, Jorge Jiménez, y el defensor del Pueblo, Hugo Cabral.
Donaciones.- Monseñor Melitón Chávez agradeció a la familia López de Zavalía, que realizó la donación de las tierras para la instalación de la Fazenda de la Esperanza. También destacó el aporte de los empresarios y un subsidio del Gobierno de la Provincia para la construcción de la primera casa (son dos), que además necesitó la aprobación de un proyecto de ley en la Legislatura. Además reconoció el trabajo de todos los misioneros y voluntarios que participaron en la obra.