El margen de endeudamiento es algo tan particular como la realidad económica de cada persona. El financiamiento propio, como resultado de un ahorro o de ingresos extraordinarios como el aguinaldo o una venta, permite a los consumidores tener dinero para utilizar en un objetivo especial, o para cancelar deudas. Lo importante es no tomar deuda excesiva y acostumbrarse a disfrutar de las posibilidades reales.
La economista Jessica Lucas, especialista en finanzas personales, explica que acudir a financiamiento de terceros, en particular a la tarjeta de crédito, no es perjudicial mientras se mantenga un nivel de control que permita el cumplimiento de los pagos. “El problema se presenta cuando usamos los fondos propios y los de terceros, es decir todo el crédito disponible, para consumos que no reportaran ganancia. Esto ocurre porque cedemos a la tentación. Financiar es traer ingresos futuros y consumirlos en el presente. Hay que controlar que esta conducta”, recomienda.
Para determinar la capacidad de endeudamiento, la clave es contabilizar los ingresos netos, que surgen luego de haber restado a los ingresos brutos los impuestos, las deudas contraídas y los gastos fijos en efectivo. “Se considera que las personas no pueden comprometer con deudas crediticias más del 30% de sus ingresos netos”, remarca Lucas.
Consultada sobre las condiciones más convenientes para financiar pagos con tarjeta de crédito, la especialista subrayó que todo depende de los costos asociados a la financiación, de la inflación y del momento económico. Lucas recalcó que el financiamiento con tarjeta y el crédito bancario tienen estas características:
• Tasa de Interés Nominal (TNA): es el costo que se paga por usar la tarjeta o por acceder a un crédito.
• Gastos de gestión: constituyen entre 5% y 10% del costo original del crédito.
• Costo Financiero Total (CFT): es el costo global de la deuda. Comprende conceptos como la TNA.
• Plazo del crédito: la clave es no prolongar demasiado la cantidad de cuotas.
• Cuotas sin interés: el negocio de las cuotas sin interés es el gasto administrativo que se carga en cada pago y en conceptos como el cargo mensual del plástico por parte del emisor de la tarjeta. “Si bien conviene financiar a largo plazo y sin interés, para ganarle a la inflación, esto hace que los costos asociados no sean controlados”, concluye Lucas.