Nick Wingfield / The New York Times

SEATTLE.- Cuando Microsoft lanzó recientemente Windows 10, la versión más reciente del sistema operativo de la compañía, el software ofreció una mezcla de lo conocido y algo nuevo a las personas que utilizaban versiones anteriores del mismo en más de 1.500 millones de computadoras y otros dispositivos.

Hay un asistente virtual en el software que da seguimiento a las agendas de los usuarios, y Microsoft regularmente ofrece actualizaciones con nuevas funciones a sus usuarios a través de Internet. Y el menú de Inicio, un elemento fijo de Windows durante décadas, hace una reaparición formal.

Pero uno de los cambios más grandes es el precio. Microsoft no está cobrando a los clientes por actualizar Windows en sus computadoras, un giro que subraya cómo ha cambiado la dinámica del poder en la industria tecnológica.

La decisión de hacer gratuito un producto que anteriormente costaba entre 50 y 100 dólares es un signo de cómo el cobrar a los consumidores por el software está siguiendo el camino del teléfono plegable. Compañías como Google han entrado en el negocio de Microsoft con software y servicios gratuitos subsidiados por sus enormes operaciones publicitarias, mientras, en los últimos años, que Apple ha vuelto gratuitas las actualizaciones de sus aplicaciones y sistemas operativos, generando su dinero más bien por las ventas de hardware.

Microsoft, cuya actividad central es el software, buscó resistir esta tendencia tanto tiempo como pudo. Pero las incursiones hechas por compañías como Google y Apple han ejercido intensa presión sobre Microsoft para que encuentre maneras de sacar provecho de algunos de sus grandes generadores de dinero.

“Confirmará las expectativas de la gente de que no se paga por los sistemas operativos”, dijo sobre Windows 10 Jan Dawson, analista en Jackdaw Research. Añadió, refiriéndose a los dispositivos de Microsoft: “básicamente están acabando con su capacidad para monetizar cualquier cosa del lado del consumidor, aparte del Xbox, los teléfonos Lumia y Surface”.

La compañía ya ha estado distribuyendo versiones móviles de las aplicaciones de Office como Word y Excel, en un esfuerzo por dar algo de vida al software en una categoría de dispositivos en que la compañía es débil. Y ha hecho gratuito Windows para compañías que producen dispositivos más pequeños, principalmente smartphones y tabletas, para lograr que más de ellos usen el software.

El pensamiento detrás de la decisión de Windows sigue una lógica similar. Microsoft decidió sacrificar parte de sus ingresos de Windows por la sencilla razón de que la compañía necesita personas que usen Windows 10, y rápidamente. Las PC han perdido impulso en muchas formas ante los smartphones y las tabletas en los últimos años.

El último sistema operativo de la compañía, Windows 8, no revivió el mercado y podría haber empeorado las cosas con un rediseño audaz de su interfaz que ahuyentó a algunos usuarios.

Durante el segundo trimestre, los envíos mundiales de PC declinaron 9,5%, según Gartner, la firma de investigación tecnológica. Gartner estima que se venderán unos 300 millones de PC este año y 1.900 millones de teléfonos móviles. Windows está incluido en menos de 3% de los smartphones vendidos mundialmente, y Android de Google e iOS de Apple representan la mayor parte del resto.

“Windows para el consumidor está peleando por relevancia en un mundo donde Apple y Android son los sistemas operativos dominantes”, dijo Bill Whyman, analista en Evercore ISI. “Ese es el desafío”.

Los beneficios de una adopción rápida y gratuita de Windows 10 bien pudieran compensar los ingresos a que Microsoft está renunciando. La compañía no reveló cuántos ingresos por actualizaciones genera normalmente con un nuevo sistema operativo, pero analistas estiman que la cantidad es pequeña comparada con las otras formas en que la compañía genera dinero con base en el sistema operativo.

Amy Hood, directora financiera de Microsoft, dijo recientemente a inversionistas que la compañía esperaba generar unos 15.000 millones de dólares en ingresos debidos a Windows durante su último año fiscal, que terminó el 30 de junio.

La mayoría de esos ingresos se relaciona con el mercado corporativo, donde la posición de Microsoft es más fuerte que entre los consumidores. Alrededor de una cuarta parte de los ingresos de Windows se originaron en acuerdos de concesión de licencias por volumen con grandes clientes empresariales, quienes típicamente pagan los derechos para las actualizaciones de Windows a lo largo de varios años, junto con la capacidad para gestionar una multitud de usuarios en las redes corporativas.

Ejecutivos de Microsoft han empezado a hablar de nuevas formas de ganar dinero gracias a Windows. Los ejecutivos ven los ingresos publicitarios basados en Bing, el motor de búsqueda en Internet de la compañía, que está incorporado en varias funciones dentro de Windows, como un camino. Además, si la compañía puede conseguir que suficientes personas compren juegos y otro software a través de la tienda de aplicaciones de Windows, su tajada de esas transacciones pudiera volverse significativa.

La compañía está buscando beneficiarse en otras áreas. Con Office, por ejemplo, Microsoft distribuye versiones móviles para hacer que la gente pague por una suscripción al producto, lo que les da la capacidad de usar el software en sus PC además del almacenamiento en línea y otros beneficios.

Microsoft también está buscando participar en el lado del hardware de la industria de la tecnología, con sus computadoras tableta Surface y los smartphones Lumia, aunque recientemente anunció planes de dar marcha atrás en el negocio de los smartphones después de ventas débiles.

La compañía también tiene una amplia variedad de productos de software destinados al mercado corporativo, desde bases de datos hasta servicios de mensajería instantánea y computación de nube, que están teniendo buenos resultados y pudieran ayudar a compensar una pérdida en los ingresos debida a las actualizaciones gratuitas.

Pero John DiFucci, analista en Jefferies, afirmó que el dominio de Microsoft en el mercado empresarial podría ser menos firme de lo que se suponía generalmente. Dijo que había notado en reuniones con inversionistas que cada vez más de ellos llevan iPads, tabletas Android y Chromebooks para tomar notas.

“Hay cierto riesgo ahí que creo que la gente está ignorando, o al menos no está apreciando”, dijo.