ESTAMBUL.- Al menos 30 personas murieron y cerca de un centenar resultó herido en un centro cultural de Turquía al perpetrarse un ataque suicida en la ciudad de Suruc, próxima a la frontera con Siria, en lo que las autoridades descuentan que fue un atentado de la milicia terrorista Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS). La explosión se produjo en el jardín de un centro cultural durante un acto en el que participaban miembros de un grupo izquierdista juvenil conocido como SGDF, simpatizante con los combatientes kurdos de Siria.

El evento, en el que participaban unas 300 personas, estaba centrado en la reconstrucción de Kobane, la ciudad sirio-kurda que a finales de enero fue liberada del dominio del grupo yihadista por combatientes kurdos. En videos subidos a las redes sociales se ve el momento del ataque: los jóvenes estaban entonando eslóganes y portando pancartas cuando se produjo una explosión que dejó cuerpos tendidos por el suelo. El diario “Hurriyet” publicó en su sitio en Internet que el atentado fue obra de una mujer de 18 años.

El primer ministro de Turquía, Ahmet Davutoglu, aseguró que todo indica que el ataque es obra del ISIS y el Ministerio de Interior prometió llevar a los autores ante la justicia mientras el presidente Recep Tayyip Erdogan condenó a los responsables de lo que consideró una “brutalidad” desde el Norte de Chipre, donde se encontraba de visita. En Estambul varios miles de personas salieron a las calles para repudiar el ataque, que es el peor ocurrido en Turquía en más de dos años. El Partido Democrático Popular (HDP, prokurdo) acusó al ISIS y pidió al gobierno turco que garantice la seguridad de todos los ciudadanos. En Kobane murieron otras dos personas en un atentado con coche bomba. Esta explosión se produjo junto a un puesto de control de las Unidades de Protección Popular (YPG) kurdas, cerca de una escuela, informaron las fuentes. Según el director del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, Rami Abdel Rahman, los dos fallecidos son combatientes de las YPG.

El Estado Islámico logró conquistar amplios territorios en Siria e Irak en los últimos dos años, pero perdió terreno en los últimos meses ante las fuerzas kurdas.

La explosión tuvo lugar semanas después de que Turquía desplegó tropas y equipamiento adicional a lo largo de partes de su frontera con Siria, preocupada por el riesgo de propagación del conflicto en momentos en que se intensifican los enfrentamientos entre fuerzas kurdas, grupos rebeldes, tropas del Gobierno sirio y milicianos del ISIS.

Los líderes turcos han manifestado que no planean incursión unilateral alguna a Siria, pero también han dicho que harán todo lo que sea necesario para defender las fronteras del país. Ankara teme que cualquier desorden en el área fronteriza pueda reactivar una rebelión armada de los separatistas kurdos que ha dejado unos 40.000 muertos desde 1984. También podría preocupar a aliados occidentales que buscan un mayor control sobre la frontera que sirve como frente de combate contra los terroristas del Estado Islámico. (DPA-Reuters)