Los 800 asistentes que este año participaron del ya emblemático “Ramonazo”, pueden decir con tranquilidad que festejaron con anticipación el Día del Amigo, que se celebra hoy. José “Pepe” Ramón, alma de este festejo masivo, explicó que, 17 años después de aquel 1999, el encuentro ya no es su cumpleaños: “somos muchos los que trabajamos para lograr este sueño, que es un acto de amor donde muchos amigos nos juntamos para ayudar a quienes necesitan”. Amistad, alegría compartida y solidaridad son la esencia de este evento que es posible gracias a una cláusula indispensable: prohibido hablar de política, religión o fútbol.

El último año de la década del 90 el empresario tucumano Ramón reunió a un puñado de amigos para festejar su cumpleaños. Entre la música y el locro, comenzó a circular una caja para que los invitados contribuyeran con una causa solidaria. Pasaron 17 reuniones y el “Ramonazo” dejó de ser un cumpleaños para convertirse en una reunión de hombres abrazados en la solidaridad. A esta suerte de festival que dura un día entero sólo se puede asistir por invitación de un amigo.

Con el aporte de cada uno y de empresas que comparten la vocación solidaria, se realiza un importante aporte a instituciones como Down is up, de niños con síndrome de Down; la fundación ANIA, de niños con autismo, y a la comunidad y a la escuela de Anfama.

La fiesta, que gira alrededor de la música y un eje temático cada año, comienza con el grito de guerra del “Matador” (Mario Marcilla), quien entre cuento y cuento va hilvanando la participación de artistas locales. Folclore, rock, tango, cumbia, melódico, salsa pasan por el escenario. Este año, participaron el “Mono” Villafañe, Karma Sudaka, Lucho Hoyos, Tripas Calientes, La Yunta, Mano e Mono, Fernando de la Orden, Miguel Marengo, Laureano Cejas, Juan Pablo Ance y el “Paisa” Romano, entre otros. “No se cómo me pude perder esta fiesta; no voy a faltar nunca más” decía Tony Molteni, de Karma, que integró “Los seis fantásticos” en un momento de la fiesta, junto a Santiago Camino, Chechi Bazano, Colo Vertini, “Manu” Sija y Hoyos.

“Se respira una sensación de asombrosa mezcla de niñez y esencia pura colectiva. Todos, porfiando por una misma luz, para sumarse y ser una sola energía cósmica verdadera, un mar de gente disfrutando de la música, el calor, de afecto y de sueño colectivo, para hacer realidad la utopía de ser uno entre todos”, dice Lucho Hoyos, coordinador musical junto a Mario Albarracín, quien aporta su creatividad en el diseño.