Desde que el año pasado se estrenó en Cannes, la comedia negra argentina “Relatos salvajes” no ha dejado de conquistar a la crítica y al público. Eso queda claro con el rosario de galardones que viene acumulando. En la noche del sábado coronó su exitosa trayectoria con ocho Premios Platino, entre ellos, el de mejor película iberoamericana, informó la agencia DPA.
Su director, Damián Szifrón, tuvo que subir una y otra vez al escenario de Marbella (en el sur de España) a buscar las estatuillas. La primera fue por el guión de estas seis historias con un denominador común: sus protagonistas, expuestos a situaciones hostiles, se dejan llevar por la ira con consecuencias imprevisibles.
“Al final me voy a quedar sin familia”, bromeaba el joven realizador tras comenzar dedicando el premio a la memoria de su padre. “¡Gracias, gracias, gracias!”, exclamó triunfante. Y no fue para menos, pues este filme nominado al Oscar y coproducido por Pedro Almodóvar se llevó ocho de los 10 premios por los que competía.
Emocionada, Érica Rivas, que en la pantalla encarna a una enojada novia, se alzó con el Platino a la mejor actriz y apenas pudo contener las lágrimas al agradecer el galardón. Por su parte, el español Oscar Jaenada fue coronado como mejor actor por meterse en la piel de uno de los mitos del cine mexicano: Mario “Cantinflas” Moreno.
Venezuela cosechó el Platino a la mejor ópera prima por el drama “La distancia más larga” (Claudia Pinto), protagonizado por la actriz española Carme Elías. “Esta alegría nos hace mucha falta en estos momentos difíciles”, declaró la directora, también visiblemente emocionada, al dedicar el premio a sus compatriotas.
Otros dos premios fueron para Brasil: el de mejor película de animación para “O menino e o mundo” y el de mejor documental para la coproducción “La sal de la Tierra”, sobre el fotógrafo Sebastiao Salgado.
Distinta fue la suerte del thriller español “La isla mínima”, que aunque partía entre las favoritas, sólo se llevó el premio a la mejor fotografía.
Con las manos vacías se fueron la comedia uruguaya “Mr. Kaplan” y los dramas “Conducta” y “Pelo malo” (Cuba y Venezuela, respectivamente), que se disputaban con “Relatos salvajes” y “La isla mínima” la categoría a la mejor película en esta especie de Oscar del cine iberoamericano. Eso sí, quien ya tenía premio asegurado era el español Antonio Banderas, que no defraudó como “gran embajador del séptimo arte”.
En uno de los discursos más aplaudidos, un Banderas con el semblante inusualmente serio recibió el premio de manos de la legendaria puertorriqueña Rita Moreno, que antes que él ya había demostrado que los latinos podían hacerse un hueco en Hollywood. “Nadie nos valorará si no lo hacemos nosotros primero”, declaró el actor, productor y cineasta. Y es que “pese al interés del señor Donald Trump por patearnos el trasero, los latinos compartimos el gusto de sentirnos unidos”, afirmó el protagonista de “La máscara del Zorro”, ante una ovación generalizada (Trump, quien quiere ser presidente de EEUU, viene descalificando a los latinos desde hace semanas).