Pretendían mantener a la puma como mascota. Ese fue el argumento que la dueña de casa le dio a los Policías de la Dirección General de Delitos Rurales y Ecológicos, quienes le explicaban que se trataba de un animal silvestre, y que la ley prohibe que sea conservada como mascota. El martes el animal, que tiene siete meses, fue rescatado de una vivienda de Trancas y depositado en la reserva fitozoológica de San Pedro de Colalao.

Fuentes policiales comentaron que una agente sanitaria del Siprosa había sido alertada por vecinos de la presencia del animal en una vivienda de la villa vieja de Trancas, y que tenían miedo de que se escapara. Los policías y los veterinarios de la dirección de Flora y Fauna Silvestre llegaron a la casa y trataron de convencer a los propietarios que la puma es un animal silvestre potencialmente peligroso.

Pero el menor que asumía la crianza del animal entró al gallinero en el que lo tenía atado con una cadena, lo desató y comenzó a correr, arrastando a la puma. El adolescente fue alcanzado a 200 metros de su vivienda, cerca del cementerio de Trancas. El empleado y la veterinaria de la reserva lograron dominar a la puma y la metieron a una jaula.

En ese momento llegaron los familiares del menor y comenzaron a agredir a los policías, y una de las piedras que lanzaron rompió el parabrisas de uno de los móviles. Ante esto, fueron conducidos a la comisaría el adolescente, que no cesaba en su intento de evitar que le quitaran el animal, y el que arrojó la piedra. Ambos quedaron en libertad, y la cachorra, de nombre “Pancha”, llegó a su nuevo hogar.