El frío hizo de las suyas en el Índice de Precios al Consumidor Nacional urbano (IPCNu), difundido ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). De hecho, al abrir el informe de la inflación de junio, que fue del 1% para el organismo nacional, se observa que las mayores variaciones de precios intermensuales se registraron en textiles para el hogar (2,4%) y en servicios de salud (2%), mientras que en alimentos, el mayor incremento fue el de las margarinas y las grasas, con un 3,4%. El cambio de temporada también incidió: en ropa, el aumento mes a mes promedio fue del 1,4%. Además, la población -según se interpreta del índice de precios oficial- dejó de consumir verduras frescas y congeladas, que bajaron un 3%, como también frutas frescas, cuyo valor descendió, en promedio, un 1,6%.

En definitiva, el primer semestre cerró con una variación de precios de 6,7%. En consecuencia, para el organismo estadístico la suba de precios interanual en junio fue de 15%, consigna un cable de la agencia DyN. El cálculo oficial arrojó medio punto por debajo de las proyecciones de las consultoras privadas (1,53%) y de la Ciudad de Buenos Aires (1,4%). Para los privados, en un año la inflación acumulada fue de casi 28% y para la Ciudad de Buenos Aires fue de 25%. El trabajo del Indec indicó que los alimentos sólo subieron en promedio durante junio 0,5%. Este resultado es producto de incrementos de 0,5% en carnes, 1,2% en aceites y productos lácteos y 0,9% en bebidas.

El ministro de Economía, Axel Kicillof, afirmó en distintas apariciones públicas que la inflación “se desaceleró” en los últimos meses y desacreditó las mediciones privadas a las que acusó de no ser transparentes en la aplicación de las metodologías. Desde que en enero de 2007 se comenzó con el desplazamiento de técnicos del Indec que no aceptaron las presiones para alterar los índices, el organismo lleva 102 meses consecutivos con mediciones cuestionadas.

Comportamientos

A pocas semanas de las PASO, los consumidores se muestran bajo una gran incertidumbre, con una alta propensión a gastos en bienes de autosatisfacción y con una estimación de inflación para 2015, cercana al 38%, según un sondeo de la consultora CCR.

El relevamiento realizado en la última semana de marzo sobre un universo de 1.500 casos, según el cual, 2/3 de los encuestados ubicaron a la inseguridad como la principal preocupación. El informe define al perfil de los consumidores “bajo una gran tensión donde la incertidumbre y la inseguridad sobre el futuro” son los principales síntomas que manifestaron.

El documento de CCR destaca que 2/3 de los consumidores indicaron que es altamente probable que se produzca una crisis el año próximo. Esto implica una mejora respecto de 2014 cuando esa proporción era de 3/4. Al ser consultados sobre como veían la situación económica actual del país, más de la mitad la consideró “mala o muy mala”, 1/3 la caratuló como regular y el resto como buena.

En cuanto a los ingresos, el 52,5% de los hogares percibe ingresos netos promedio superiores a $ 11.700. De este total, 5,5% de los hogares cuenta con ingreso promedio de $ 106.850 y representa el segmento ABC1 de la población. El segmento C2 de los hogares tiene ingresos netos promedio de $ 33.700, mientras que el segmento C3 tiene ingresos netos promedio de $ 16.600. La franja D2 de los hogares cuenta con ingresos netos promedio de $ 8.250 mientras que el último escalón de hogares D2/E tiene ingresos netos promedio de $ 4.600.