El miembro de las SS nazis Oskar Gröning, de 94 años, conocido como el contador de Auschwitz, fue condenado hoy a cuatro años de prisión en uno de los últimos juicios por los crímenes de lesa humanidad cometidos en los campos de exterminio nazi de Aschwitz, en Polonia.

Un tribunal de la ciudad de Luneburgo lo halló culpable de haber colaborado con el asesinato sistemático más de 300.000 personas al confiscar objetos de valor y el dinero de los presos que llegaban en tren al campo de exterminio, informó DPA. Gröning trabajó en el verano de 1944 en la plataforma ferroviaria de Auschwitz, el mayor campo de concentración del nazismo, en el que fueron asesinadas más de 1,1 millones de personas.

El anciano admitió que separaba el dinero y lo enviaba a la central de la SS en Berlín, lo que le valió el apodo de "el contable de Auschwitz" en la prensa.

La fiscalía examinará si la delicada salud del nonagenario permitirá que pueda cumplir la pena de cárcel.

El tribunal fue más duro en la condena que la fiscalía, que había demandado una pena de tres años y medio. Los querellantes particulares, más de 70 sobrevivientes del campo de exterminio y familiares, también exigían una sentencia mayor.

La defensa había soliticado la absolución alegando que Gröning no había fomentado el Holocausto desde el punto de vista de la responsabilidad penal.

PARTÍCIPE Gröning había ingresado a los 20 años a la SS, en 1941, y dos años después empezó a servir en Auschwitz, donde asumió la misión de incautarse del dinero, el equipaje y demás pertenencias de los deportados que llegaban al más mortífero campo de exterminio del nazismo, en la Polonia ocupada.

Contribuyó desde esa posición a financiar al III Reich, ya que se encargaba de las transferencias de esos bienes a Berlín, y fue cómplice del exterminio nazi, cuya aplicación discurría ante sus ojos.

La acusación se centró en su papel en la llamada "Operación Hungría", de mediados de 1944, cuando llegaron a Auschwitz alrededor de 450.000 judíos, de los cuales unos 300.000 murieron asesinados.

A diferencia de otros condenados en los últimos juicios, Gröning cooperó en el juicio con amplias declaraciones sobre el día a día de Auschwitz y su papel en la burocratizada maquinaria de exterminio. Su relato estuvo acompañado por testimonios de los supervivientes que siguieron el juicio, tanto relativos a los experimentos humanos del médico Josef Mengele o a cómo se llevaban a cabo las operaciones de selección, gaseado e incineración de las víctimas.