BUENOS AIRES.- La revista estadounidense The New Yorker presentó a la presidenta, Cristina Fernández, como “dictatorial”, “conocida por su perspicacia política despiadada”, y preocupada por su imagen, a la vez que “nerviosa” por el caso de la muerte del fiscal Alberto Nisman. El artículo, con el título “¿Una conspiración mortal en Buenos Aires?”, fue escrito por el periodista Dexter Filkins e incluyó entrevistas no sólo a la jefa de Estado, sino a figuras del ámbito judicial y de medios, como así también del entorno de Nisman.

El domingo último, la mandataria se anticipó y difundió por su cuenta de Twitter la entrevista completa que Filkins realizó en marzo pasado, pero el artículo publicado ayer por la revista sólo usa pequeños extractos del diálogo que se extendió por unas dos horas.

En la entrevista completa, Cristina defendió el “modelo argentino” para la reestructuración de la deuda, ofreció definiciones sobre el Memorándum firmado con Irán, su relación con Néstor Kirchner y la causa AMIA, que no fueron tenidos en cuenta en el informe final.

El texto de Filkins (quien recibió un premio Pullitzer en 2009), remarcó que la Presidenta “es conocida por sus modos erráticos y por su perspicacia política despiadada”, a la vez que recordó que tanto ella como su esposo y antecesor se mostraron “a sí mismos como los censores morales del país, liderando un esfuerzo sin precedentes para confrontar la historia de violencia política” de la Argentina.

“Con el tiempo, Kirchner (por Cristina) se ha vuelto más dictatorial y, según reportes sensacionalistas, más corrupta”, mencionó Filkins en su artículo, para el cual entrevistó a Fernández el 11 de marzo, cuando faltaban pocos días para que se cumplieran dos meses de la muerte de Nisman.

Filkins dedicó también un párrafo a su encuentro con Fernández en la Quinta de Olivos, donde se montó “un estudio de televisión al que Kirchner entró minutos después, con un vestido y fuertemente maquillada, seguida por dos docenas de asistentes, casi todos hombres. Con las cámaras filmando, Kirchner se me acercó, antes de empezar la nota, para arreglar mi cabello”, escribió el periodista.

En la nota quedó consignado el diálogo de la mandataria en torno a la imagen. “¿Hay alguna chica que lo pueda ayudar con su pelo?, preguntó. Queremos que estés lindo. Entonces, empezó a arreglar el suyo. Quiero acicalarme un poco. Discúlpame, soy una mujer, además de ser la Presidenta: la ropa, la imagen...”, recordó Filkins.

En cuanto al caso Nisman, el artículo dijo que la Presidenta se volvió “seria” al abordarlo, para considerar que las acusaciones del fiscal en su contra eran “ridículas, poco serias y sin ningún tipo de evidencia”. “Durante la entrevista, pareció enervada al hablar de la muerte de Nisman. Cuando le pregunté si ella lo había matado, espetó ‘¡No!’”, agregó el autor.

Que notó “alterada” a la Presidenta “por el daño que la muerte de Nisman hacía a su reputación. Decime, ¿quién sufrió más con la muerte? Vos decime, ¿Sherlock Holmes?”, le preguntó la Presidenta. Cuando Filkins le contestó que era “ella”, Cristina resumió: “Exacto. Esa es una de las claves”. (DyN)