MADRID, España.- El futbolista español Iker Casillas, icono de Real Madrid, tuvo ayer una emotiva y polémica despedida del club español, con el que el sábado llegó a un acuerdo para ser traspasado a Porto después de 16 años en el equipo profesional.
"C'est fini" (se terminó), dijo el arquero de 34 años al terminar un discurso de poco más de cinco minutos que leyó con dificultad en la sala de prensa del estadio Santiago Bernabéu.
El arquero, que tuvo que interrumpir sus palabras varias veces por las lágrimas, dio las gracias a "todos", compañeros, entrenadores y fans, pese a que en sus últimas palabras como jugador blanco apareció solo ante los medios apuntaron Reuters y DPA.
Según algunos reportes, la austera puesta en escena, sin la presencia de ningún miembro de la directiva, fue a petición propia. Sus compañeros de equipo habían partido por la mañana camino a Melbourne para iniciar la pretemporada.
No hubo reproches en las palabras de Casillas, pero el diario "El Mundo" publicó hoy una entrevista con los padres del arquero en la que éstos acusan al presidente, Florentino Pérez, de haber montado "una campaña de desprestigio" desde 2010 para lograr la salida del jugador.
La madre de Casillas consideró incluso a Porto como "un equipo de segunda B para una persona de la categoría de Iker".
Real Madrid anunció el sábado el traspaso del jugador al club portugués, después de 25 años en el club blanco, en los que ganó 19 títulos con el equipo profesional, entre ellos tres Ligas de Campeones europeas.
Con la selección española, con la que lleva 162 partidos disputados, fue campeón del mundo en 2010 y dos veces campeón de Europa, en 2008 y 2012.
Según revelaron los padres del futbolista, Casillas mantuvo un litigio legal con Real Madrid por una cuestión de dinero entre 2009 y 2012, hasta que el jugador decidió retirar la demanda que había puesto al club.
El conflicto, sin embargo, erosionó la relación entre el arquero y el presidente, según los padres de Casillas, quienes admitieron también que hace tiempo que no hablan con su hijo por su decisión de apartarlos en 2010 de la gestión de sus asuntos económicos.
En ese contexto se produjo el adiós de la "leyenda", según muchas portadas de la prensa local, o del "mejor guardameta de la historia de Real Madrid y de la historia del fútbol español", según el comunicado del club.
Casillas tenía contrato hasta 2017, pero decidió firmar con Porto por dos temporadas después de que una buena parte de la hinchada del Santiago Bernabéu le diera la espalda.
"Parece que fue ayer cuando con nueve años vestí por primera vez la camiseta del Real Madrid y vi cumplido mi sueño", dijo Casillas. "Después de 25 años defendiendo el escudo del equipo más grande del mundo, llega un día difícil, este día, en mi vida deportiva, el de decir adiós a esta institución que me lo ha dado todo", señaló.
No obstante, el arquero aseguró que espera que se le recuerde por algo más que por sus méritos deportivos. "Por encima de ser un buen o un mal portero, sólo espero que la gente se acuerde de mí por haber sido buena persona", afirmó.
Por último, Casillas dio las gracias a la hinchada del equipo dirigiéndose a los fans de manera directa. "Gracias, gracias, miles de gracias. Nunca os podré olvidar y estad seguros que allá donde vaya seguiré gritando íhala Madrid!", dijo.