Comprar una obra contemporánea -que puede ser un cuadro, una escultura, objetos, grabados o una fotografía- y luego venderla en el mercado de arte es una inversión que puede ayudar a resguardar y a incrementar ahorros. Como ocurre con cualquier emprendimiento, la clave es buscar asesoramiento con especialistas. Operadores del mercado y representantes de galerías de arte, consultados por LA GACETA, explicaron que el mayor movimiento de esta actividad se concentra en Buenos Aires, y que la inversión inicial para adquirir una pieza oscila entre $ 2.000 y $ 3.000, y puede superar los $ 30.000.
Las fuentes remarcaron la importancia de conocer la trayectoria y la carrera del autor de la obra artística para determinar si la inversión será redituable cuando el comprador quiera revenderla. Además, afirmaron que las ganancias deben proyectarse a largo plazo. “La compra y la venta de obras de arte, principalmente de cuadros, es un mercado que cobró mucha fuerza en la Argentina. La posibilidad de recuperar la inversión en una obra depende de la proyección que el autor logre, sobre todo en el exterior, y del valor que la pieza alcance con el paso del tiempo”, explicó un galerista de Capital Federal, que pidió no ser identificado. “Las galerías asesoran a los inversores y les informan en qué momento es más conveniente comprar una pieza”, agregó. El mecanismo es casi similar a la adquisición de valores en Bolsa.
En Buenos Aires funcionan galerías de arte que exhiben, en sus páginas de internet o en salones físicos, muestras de artistas con sus respectivas cotizaciones. Allí, los inversionistas pueden conocer la trayectoria de los artistas y, si les interesa una pieza, pueden solicitar asesoramiento para definir una compra. “Hay obras carísimas, pero también se ofrecen otras que se pueden pagar en pesos y, si el autor consigue prestigio, luego se pueden revender en moneda extranjera a galerías o a inversores del exterior”, recalcó otro operador del mercado. Como sucede con el mercado de las acciones bursátiles, el inversor no necesita estar presente en una muestra de arte para ver la evolución del precio de la obra que compró. “Una de las ventajas que ofrece internet es que el inversor puede seguir la cotización de la obra que adquirió sin necesidad de visitar la galería”, acotó el galerista.
Según cifras de la Asociación Argentina de Galerías de Arte (Aaga), en 2014 se vendieron en el país 22.000 obras arte, lo cual representó una expansión del mercado en torno al 25%, en comparación a 2013.
Consejos
Operadores del mercado y galeristas coincidieron en que el primer paso para invertir en una obra artística es pedir asesoramiento especializado.
En Buenos Aires funcionan casas de subastas que comercializan obras y que, además, asesoran a inversores para revenderlas.
Para determinar las posibilidades de que una obra incremente, en el futuro, su valor de mercado hay que conocer la carrera y la trayectoria del autor.
Aunque no dieron precisiones sobra la rentabilidad, los operadores y los galeristas afirmaron que los inversores pueden revender al exterior y en dólares.
Los expertos afirmaron que la rentabilidad de una pieza artística no es inmediata, ya que la revalorización llega con el paso del tiempo.
Comprar una obra artística sirve para resguardar ahorros. Si la pieza y el autor ganan prestigio se puede recuperar e incrementar la inversión.
Evaluación previa
Antes de invertir hay que determinar la autenticidad
Para evaluar la compra de una obra de arte es necesario tener en cuenta la autenticidad de la pieza, la calidad, la rareza, la proveniencia y la valuación. La Asociación Argentina de Galerías de Arte (Aaga) explica, en su sitio web oficial (www.galeriasargentinas.org.ar) que estos aspectos son los más influyentes en el momento de tomar la decisión. “Si un trabajo es extremadamente raro, quizás haya que aceptar un imperfecto estado de conservación. Pero sería imprudente comprar una obra de gran disponibilidad que no este en buenas condiciones”, sugiere la entidad.
Registro
La AFIP exige que se declare la compra y la venta de arte
A principios de año, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) dispuso la creación de un Registro Fiscal de Operadores de Obras de Arte, que implica un nuevo régimen de información sobre la venta y la compra de piezas. La resolución 3730 del organismo establece que vendedores y compradores deben declarar sus transacciones, ya que las obras pasan a ser bienes registrables. Si la pieza supera los $10.000, habrá que presentar una declaración jurada anual. En caso de no cumplir con las normas, habrá sanciones.
Arte en pozo
Una modalidad nueva surge en Tucumán
Al igual que en el mercado inmobiliario, la venta anticipada -también llamada en pozo- se convirtió en modalidad comercial en el ambiente artístico. La galería de arte local El Taller organizó un evento para promover esta dinámica, que consiste en comprar una pieza que aún no se hizo. “El artista, en base a los intereses del comprador, confecciona un proyecto a medida. El cliente paga un precio inicial más bajo y luego paga la obra durante cuatro meses. Al cabo de este tiempo, el artista la entrega”, explicó una representante de la galería de arte. “La mayoría de nuestros clientes no compra obras para revenderlas, sino para disfrutarlas”, agregó.