El ex rector de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) Juan Alberto Cerisola precisó que la resolución que firmó el 2 de enero de 2008 -da por concluida la ciudad universitaria- fue consecuencia de un acto administrativo previo, surgido del Directorio de la firma Yacimientos Mineros de Agua de Dionisio (YMAD). Según contó, cinco días antes de esa resolución, los entonces representantes de la UNT en YMAD, Rodolfo Campero y Mario Marigliano, dijeron ante la empresa que con los fondos que la casa de Terán había recibido hasta ese momento se había satisfecho el costo de aquel proyecto.

Cerisola respondió así a dichos pronunciados en la última sesión del Consejo Superior, que se realizó el martes. Allí, la decana de Derecho -titular de la comisión creada para revisar la resolución firmada por Cerisola-, Adela Seguí, había citado parte de un dictamen que el titular de Asuntos Jurídicos de la UNT, Augusto González Navarro, envió a ese grupo. “Aquel acto se adoptó en exceso de atribuciones del (ex) rector, según sostiene Asuntos Jurídicos”, había dicho Seguí, sobre la resolución que da por finalizada la ciudad universitaria, lo que implicó que la UNT deje de recibir la mitad de las utilidades que por ley le correspondían.

Cerisola precisó que él no resignó fondos. “La UNT nunca renunció a nada, como algunos livianamente manifiestan, con ignorancia o intencionalidades de otra naturaleza”, indicó. Luego, se mostró sorprendido porque se haya dicho que excedió sus atribuciones. “Es mi deber como persona de bien rechazar toda injuria, con reserva de hacer valer mis derechos en sede judicial. Como ex rector, aporto aclaraciones, porque todo conduce a que se piense en una maniobra para vulnerar a la UNT y arremeter contra sus miembros”, dijo.

Recordó que la Ley N° 14.771 (creación de YMAD) prevé una distribución temporaria de las utilidades de la firma. Esa ley determina que esos fondos se deben distribuir del siguiente modo: el 60% para Catamarca y el 40% para la UNT, hasta que cese la edificación de la ciudad universitaria. Desde allí, la UNT debía percibir la mitad -el 20% del total-, y la mitad restante -el otro 20%- debía ir a las demás universidades públicas.

“El expediente 713/06 de la UNT da cuenta de que la gestión que cumplí, junto a otras autoridades, consensuó, definió y justipreció la actual ciudad universitaria, para solicitar y poder acceder a los fondos asignados por la ley. Esta decisión se tramitó con intervención de todas las áreas competentes, incluido el Superior, que tomó conocimiento el 24 de octubre de 2007 (resolución 2136/2007)”, afirmó.

Pero Cerisola no sólo mencionó documentaciones de la UNT, sino también de YMAD. Allí mencionó a los ex rectores, antecesores suyos. “Se refleja en acta del Directorio N° 498 del 28 de diciembre de 2007 que Campero y Marigliano ‘dejan asentado que con los fondos que su mandante recibe en esta ocasión se da por satisfecha la obligación de distribuir a favor de (la UNT) el 40% contemplado en la ley (y) que como consecuencia, toda suma que en el futuro perciba la (UNT) a cuenta de futuras utilidades será calculada aplicando el 20%’, aprobándose la moción por unanimidad. El Directorio previó que ‘la entrega de los anticipos lo sea contra la suscripción de los instrumentos pertinentes’”, manifestó Cerisola, citando el acta de YMAD. Agregó que el instrumento referido no es otro que la resolución que él firmó cinco días después, el 2 de enero de 2008.

“Fraseo parcial”

Indignado, Campero llamó “sinvergüenza” a Cerisola. Admitió la existencia del acta referida por este, pero precisó que no estaba dando la información completa. “Él hace un fraseo parcial; no dice que el acta que menciona es un correlato del acta de la reunión anterior del Directorio, donde consta que YMAD aprueba el presupuesto y el plan de obras de la ciudad universitaria, que el propio Cerisola remitió a YMAD”, dijo el ex diputado.

Marigliano suscribió esto, y añadió más datos. “Las otras universidades estaban presionando. Nos reunimos Campero, Cerisola, (y la ex vicerrectora Luisa Rossi de Hernández), y dijimos que en algún momento había que dar un corte a esto. La ciudad universitaria del cerro era inviable; entonces decidimos hacer la Ciudad Universitaria del siglo XXI, terminando una serie de obras y haciendo nuevas. Se hizo listado, los planos. Hasta que por fin se aprobó en YMAD esto, elevado por la UNT. Eso consta en un acta anterior a la que cita Cerisola”, dijo.