Por Matt Richtel / The New York Times

En un video publicado en YouTube, un hombre va manejando por Los Angeles, Estados Unidos, cuando suena su teléfono. En una pantallita montada en el tablero del auto aparece la imagen de quien lo llama, su madre. Se produce un giro óptico y se ve cómo el hombre responde la llamada con un gesto de la mano. “Hola”, se oye que dice la madre a través de los parlantes. “Solo quería decirte que te quiero”, agrega. “Te quiero”, responde el hijo y, luego, antes de hacer señas para cortar, dice: “Estoy haciendo un video en este momento”.

Ese video era una promoción que encargó Navdy, una de un puñado de empresas emergentes que están dando un giro futurista al debate sobre las distracciones al momento de manejar un vehículo. Para eso, desarrollan tecnología. Y, en general, estos equipos funcionan de la siguiente manera: usan un proyector que recoge en forma inalámbrica la información del teléfono del conductor (mapas, velocidad, textos entrantes, identificación de quien llama y hasta notificaciones de medios sociales) y, mediante óptica sofisticada, la proyecta sobre el tablero, dentro del campo visual del conductor. Gestos con la mano o comandos de voz permiten que se conteste una llamada o se cuelgue.

La distribución de este dispositivo se hará recién a fin de año y aún no hay certezas sobre si será un éxito o un fracaso. Sin embargo, en términos generales, el aparato de Navdy cae dentro de una categoría en auge de los dispositivos para el interior de los vehículos que podrían categorizarse, con justicia, como multitasking.

Se trata de manejar, recibir mensajes de textos, hablar por teléfono e interactuar en las redes sociales sin comprometer la seguridad. Todo se proyecta un parabrisas especial que permite que el chofer pueda seguir viendo hacia adelante.

Google, con Android Auto, y Apple, con CarPlay, también han dado el salto hacia este negocio en evolución. Cada compañía permite que se conecten los teléfonos en el puerto USB del automóvil para que la información se transmita en directo al tablero. IHS Automotive, una empresa que analiza las tendencias en la industria automotriz, espera que muchos fabricantes integren estos sistemas. Estos dispositivos han disparado un debate: ¿la tecnología puede proporcionar formas más seguras de hacer tareas múltiples al volante?

Los defensores de la seguridad arguyen que estos equipos se basan en la falsa premisa de que los choferes pueden atender con seguridad al camino mientras hacen malabares con las comunicaciones sociales. El argumento de la otra parte se resume en una idea simple: los conductores lo van a hacer de todas formas, así es que ¿por qué no minimizar los riesgos?

Postura oficial

El Gobierno estadounidense emitió lineamientos no vinculantes que sostienen que realizar ciertas tareas que no tienen relación con la conducción interfieren, en forma inherente, con la seguridad del chofer. “Es un idea horrible”, sentenció Paul Atchley, un psicólogo en la Universidad de Kansas, quien estudia la distracción en los conductores. Poner atención en el camino es mucho más complejo que tener la cabeza en esa dirección, afirmó.

Navdy, cuya sede está en San Francisco, ha recaudado U$S 26.8 millones, según Doug Simpson, el fundador y director ejecutivo de la compañía. Es un científico en informática que pasó 10 años en Hewlett Packard. Para tener en cuenta: faltan meses para que el dispositivo salga a la venta: pero ya recibió U$S 6 millones en compras por adelantado.

Simpson dijo que se le ocurrió la idea del dispositivo durante un viaje a Bangkok. Como muchos visitantes, trataba de entender un mapa en su teléfono mientras manejaba por calle desconocidas y casi choca con otro auto.

Navegación

No es de sorprender que la inspiración de Simpson empezara con la navegación. Los mapas, las direcciones y otra información centrada en la circulación son características importantes de muchos de estos productos. Parte de lo que ha creado una apertura para productos como Navdy es la opinión que tienen muchos clientes de que la navegación y los sistemas de pantalla táctil integrados a muchos automóviles no están bien, y la investigación muestra que los sistemas de mando de voz pueden ser tan poco precisos que pueden generar distracciones.

El dispositivo Navdy es más o menos de la forma y el tamaño de un reproductor de CD portátil y se monta en el tablero. Desde su parte superior, se extiende una pequeña pantalla transparente donde se proyecta la información transmitida en continuo desde el teléfono.

¿Similar a los aviones?

Simpson argumenta que su dispositivo funciona de manera similar a los que existen en los aviones y a los que los pilotos recurren para realizar acciones críticas, como aterrizar o despegar. “Los pilotos lo usan; es seguro”, sostuvo.

“No es cierto”, respondió Christopher Wickens, un profesor en la Universidad Estatal de Colorado y uno de los principales expertos en Estados Unidos en el uso seguro de las pantallas frontales transparentes en el transporte. Dice que en las pantallas frontales transparentes que se utilizan en los aviones solo se muestra información crítica para volar y que es frecuente que esa información se exhiba como una superposición visual sobre la pista o el horizonte reales.

En comparación, una pantalla frontal transparente en un coche, en la que no aparece información sobre el manejo y que no está alineada al camino, “es lo peor de dos mundos”, evaluó.

El Departamento del Transporte de Estados Unidos está subvencionando una investigación en el instituto Virginia Tech Transportation sobre si los beneficios en la seguridad cuando se tienen pantallas frontales transparentes en los coches superan al riesgo de la distracción. La investigación deberá concluirse en el 2016.