BRUSELAS.- La cumbre entre la Unión Europea (UE) y la Celac que concluyó en Bruselas sirvió para dar un enésimo impulso al acuerdo de libre comercio que desde hace años intentan cerrar Mercosur y el bloque europeo, así como para dejar en evidencia las diferencias entre ambas partes respecto a la situación en Venezuela. La Comisión Europea y el Mercosur, representado por Brasil, anunciaron su intención de intercambiar en el último trimestre de este año sus propuestas de liberalización comercial, necesarias para poder seguir negociando un futuro acuerdo de libre comercio. Se trata de un impulso al proceso que llevaba tiempo estancando, pero habrá que esperar para ver si finalmente ese plazo se cumple. En la anterior cumbre entre la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), celebrada en 2013 en Chile, se hizo un anuncio similar, pero dos años después el proceso sigue en un punto parecido. De hecho, Brasil pretendía establecer julio como fecha para intercambiar las propuestas. Pero tras una reunión con la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, el plazo se retrasó hasta finales de año, sin concretar un momento en particular.
A pesar del estancamiento de las negociaciones y del retraso en el plazo para presentar propuestas, la presidenta brasileña aseguró no estar frustrada. “Se tiene la idea de que la culpa del estancamiento es siempre de América Latina”, apuntó Dilma Rousseff, en cuya opinión “no es fácil firmar un acuerdo comercial entre los países del Mercosur con 28 países de la UE”.
También, la UE aprobó destinar unos 800 millones de euros en apoyo a América Latina, de los que 118 serán subvenciones y préstamos para financiar infraestructuras en sectores como el transporte, la energía y el medio ambiente. Bruselas también anunció que destinará 26,5 millones de euros al primer cable de fibra óptica que unirá directamente Europa y América Latina a partir de 2017. Unirá ambos continentes a través de Lisboa (Portugal) y Fortaleza (Brasil) y será la primera infraestructura de este tipo que cruce el Atlántico sin pasar por Estados Unidos. A nivel político el asunto más controvertido fue la diferencia de posturas respecto a la situación de la oposición en Venezuela. En este punto los 33 países de la Celac lograron imponer su posición frente la de sus 28 socios europeos. La declaración final de la cumbre no incluye ni una palabra sobre la represión de la oposición venezolana, como le habría gustado a la UE. Sí se refiere de forma indirecta al rechazo de la Celac a las sanciones de Estados Unidos contra funcionarios del Gobierno de Nicolás Maduro. (DPA)