“Atentado político”. Con esa expresión, el lunes de la semana pasada, el amayista Alfredo Toscano anunció en el recinto de la Legislatura que el automóvil de su chofer, Rolando Díaz, había sido baleado minutos antes en El Manantial. Según el legislador, su empleado debía recogerlo de su casa para llevarlo a la sesión cuando se produjo el episodio. Incluso, el propio Díaz declaró en la Fiscalía de Instrucción de la VIII Nominación, a cargo de Adriana Giannoni, que un grupo de hombres a los que no pudo reconocer le dieron una golpiza.
Los primeros informes producidos en la investigación penal preparatoria, sin embargo, echarían por tierra tanto la versión del “atentado” como la de la paliza.
Según Giannoni, las conclusiones de los peritos balísticos indican que no hubo ataque con un arma de fuego, ya que “los impactos no perforaron el vehículo”. A la derecha del auto de Díaz, habían sido halladas dos vainas servidas calibre 22, pero esas municiones no tendrían relación con el ataque. Incluso, la hipótesis de los expertos es que usaron armas neumáticas (como un rifle de aire comprimido) o propulsada mediante gas (esta posibilidad sería la más firme, ya que las marcas en el chasis tienen recorrido secuencial).
Giannoni recordó que Díaz había declarado que, mientras iba en el auto, percibió “impactos sobre el lado izquierdo” del rodado. “La pericia -explicó la fiscala- ofrece como conclusión que esos impactos fueron producidos con el vehículo en reposo. Esta hipótesis está sustentada en la característica y la ubicación de esas marcas. Coincidentemente, los cuatro impactos del costado izquierdo del automóvil son circulares. Eso indica que fueron realizados de frente (a la chapa); de haber estado el rodado en movimiento, tendríamos disparos con cierta inclinación y, con ello, marcas de forma alargada”, describió la fiscala de Instrucción, citando a los expertos balísticos.
Como las huellas de proyectiles estaban del lado izquierdo del vehículo, y las vainas calibre 22 estaban del lado derecho, Giannoni tampoco tiene certezas de que el sitio señalado por el denunciante haya sido “el lugar de producción del hecho”. “Se va a continuar con la investigación, y se dispuso la realización de pruebas a través de un modelo de simulación. Se realizarán disparos con armas de fuego de distintos tipos y calibres, con armas neumáticas y con armas de propulsión a gas. Luego se efectuará un estudio microscópico sobre las marcas de deformación en el vehículo”, indicó Giannoni. Estos datos, agregó la magistrada, serán complementados con un informe de un licenciado en Física para conocer la velocidad y fuerza que llevaban los proyectiles.
Según fuentes judiciales, Díaz había declarado que iba en el automóvil a recoger al legislador Toscano para llevarlo a la sesión del lunes pasado. Indicó que cerca de las 7, en El Manantial, sintió los impactos en el chasis del auto. Aseveró que una moto se cruzó en su camino -indicaron voceros tribunalicios-, y que luego apareció un auto negro en el que iban más hombres. Esos desconocidos, según Díaz, le propinaron una golpiza. El chofer, destacaron fuentes de la pesquisa, dijo que no pudo ver la cara de ninguno. Esta parte del relato generó dudas entre los investigadores, ya que las fotografías y los informes de los médicos forenses no demostrarían que el denunciante haya sufrido lesiones.
Pedido y rechazo
El viernes de la semana pasada, el legislador Toscano presentó un escrito para solicitar la asunción del rol de querellante en la causa que tenía por denunciante a su chofer. El dirigente amayista había adelantado ante los medios que su intención era la de pedir medidas de prueba y que se cite a testimonial al senador alperovichista Sergio Mansilla por haber dicho que se trataba de un “autoatentado”.
Giannoni, más allá de esta polémica, resolvió negarle el rol de querellante a Toscano, ya que el carácter de ofendido “no está penalmente claro”.
La fiscala resolverá los pasos a seguir una vez que reciba los informes de la simulación de los disparos, que se realizará esta semana en el Polígono de la Policía, con un chasis y un parabrisas similares a los del auto del chofer de Toscano. Fuentes tribunalicias apuntaron que, si las evidencias echan por tierra la versión del chofer, la causa será archivada. A la vez, eso llevaría a Giannoni a abrir un nuevo expediente para determinar si el empleado de Toscano incurrió en falso testimonio. En ese caso, Díaz volvería a declarar, pero esta vez como imputado.