Los equipos quedan marcados por ciertas características. Generalmente, los goles (a favor o en contra) están asociados a esos rótulos. “A este equipo le hacés un gol y no hay manera de que se levante”, dicen de los que deben marcar primero para ganar o al menos evitar perder porque de lo contrario, la derrota será segura.
En el caso de Atlético, sucede lo contrario. Estar abajo en el marcador para el equipo de Juan Manuel Azconzábal no significa más que una oportunidad para cambiar sobre la marcha y empezar a remontar el resultado.
En total, fueron seis veces las que estuvo en desventaja durante el torneo y en cinco pudo al menos igualar las acciones.
Central Córdoba, de Santiago del Estero, fue el primero que puso a prueba el temple del “decano” en la segunda fecha. Le convirtieron sobre el final del primer tiempo y Cristian Menéndez empató al comienzo del segundo.
El mismo “Polaco” rescató al equipo sobre el final del partido que Atlético perdía en Paraná con su tocayo. También fue 1 a 1.
El partido con Guillermo Brown de Puerto Madryn también sirvió para comprobar que Atlético no ofrece la otra mejilla tras una cachetada. El “decano” había empezado ganando desde el vestuario ese partido con el gol de Guillermo Acosta y en 10 minutos se lo dieron vuelta quedando 1-2 y se fue al descanso con la peor de las sensaciones: tenía el triunfo y se metió al vestuario encajando una derrota temporaria. En ese entonces, Leandro González marcó el gol y volvió a nivelar un partido que tenía al equipo en desventaja.
A su vez, este fue el único partido del torneo que comenzó ganando y no lo finalizó de la misma manera por lo que la virtud original se vuelve más importante.
Finalmente llegó el partido contra Guaraní, donde la resistencia “decana” a la adversidad alcanzó su pico. Dos veces estuvo en desventaja y luego de recibir esos golpes, supo reaccionar para llevarse un punto desde Misiones.
“En todo momento propusimos nosotros pero bueno, lo importante era no perder de visitante siempre y cuando ganemos en casa”, explicó Fernando Evangelista que estuvo a punto de abrir el marcador con un bombazo que dio en el travesaño.
Ni el gol de Exequiel Narese (1-0) ni el de Cristian Barinaga (2-1) bajoneó al equipo que reaccionó gracias al “Bebé” y Luis Rodríguez.
Queda claro entonces que si a este equipo le hacen un gol, podrá levantarse para dar pelea.