Mientras los vecinos del sur siguen en vilo por el desborde de los ríos, los candidatos tucumanos ya se declararon en alerta permanente. Sin embargo, no es por las inundaciones, sino por el impacto que pueda tener en sus aspiraciones el resultado de las Primarias nacionales del 9 de agosto. Es que la cercanía con los comicios provinciales -apenas dos semanasdespués- obligan a los postulantes a suceder al alperovichismo a tomar los recaudos necesarios para no tener que autoevacuarse antes de tiempo.
El gobernador, José Alperovich, es quien más en claro tiene su horizonte. Sin chances de continuar al frente del Poder Ejecutivo, el mandatario buscará regresar al Senado en la boleta presidencial de Daniel Scioli, el kirchnerista que todas las encuestas muestran al tope de las preferencias.
Enfrente, seguramente, tendrá al diputado radical José Cano. Aunque la apuesta central del opositor es suceder a Alperovich en un mano a mano con Juan Manzur, las exigencias partidarias nacionales lo harían participar de las PASO en busca de la Cámara Alta. Lo curioso es que producto del acuerdo entre el radicalismo y el PRO, quizá el rostro de Cano aparezca debajo de al menos dos presidenciables. El tucumano estaría “colgado” de las precandidaturas de Ernesto Sanz y de Mauricio Macri, a partir del documento firmado por la convención nacional en la cumbre de Gualeguaychú. No obstante, el compromiso de Cano con el peronismo disidente podría desembocar en su aparición como precandidato a senador de un tercer aspirante a la Casa Rosada: Sergio Massa. Esta alternativa cobró fuerza en las últimas semanas dentro de la UCR para evitar que el cisma interno que generó el acercamiento con el macrismo sea aún mayor. Así, vía excepción, los referentes locales podrían gozar de un permiso especial para no romper los acuerdos que ya sellaron con Massa. Es la idea complementaria que impulsa el jujeño Gerardo Morales y a la que se pliega Cano.
El que menos puertas abiertas tiene es el intendente de la capital, Domingo Amaya. El kirchnerista se erigió como el referente de Florencio Randazzo en Tucumán luego de que Scioli dejara en claro su predilección por el alperovichismo. El ministro de Interior y Transporte nacional, si es que sigue en carrera hacia las PASO, anhela a que su postulante a senador sea Amaya. Y el jefe municipal, desde fines del año pasado, está convencido de que debe buscar una banca senatorial como reaseguro personal. El problema es que si compite acompañando a Randazzo en las internas del Frente para la Victoria, difìcilmente pueda superar las PASO teniendo como rivales a Scioli y a Alperovich. Así, si la intención de Amaya es llegar con vida a octubre para convertirse en senador por la minoría, en caso de perder la Gobernación, resulta razonable entonces que el amayismo haya comenzado a tomar en serio la idea de abandonar la interna kirchnerista. Si el capitalino finalmente deja a Randazzo, como se especula, debería buscar una nueva fórmula presidencial a la cual adherir en las Primarias. En la Municipalidad sostienen que tienen tiempo para negociar con el macrismo, con el radicalismo y con el massismo hasta junio, cuando cierra el plazo para presentar las alianzas. Pero suena descabellado pensar que Cano y Amaya finalmente compitan en una interna abierta por la Cámara Alta dos semanas antes de las elecciones provinciales. Uno de los dos saldría herido de muerte. Más factible, en todo caso, sería que Amaya sea el precandidato a senador de Massa por el peronismo disidente. De cualquier manera, el intendente debería pensar en un futuro cercano lejos del calor de la Casa Rosada. ¿Dará ese paso?
Para quiénes jugarán en definitiva en las PASO Cano y Amaya dependerá también en gran medida de cómo se vayan gestando los acuerdos provinciales. El radical y el aún oficialista pueden llegar a confluir en una fórmula común, y en ese caso se abriría otra disputa por la banca senatorial. No obstante, en la última semana no hubo ningún acercamiento entre ambos. Todo lo contrario, en el canismo escucharon rumores de que Alperovich simuló una bendición a Manzur y Osvaldo Jaldo ante la posibilidad de que la Casa Rosada levante el teléfono para incluir a Amaya en el binomio oficialista.
En el alperovichismo y en el amayismo, sin embargo, descartan a viva voz esas versiones. Pero todos, sin excepción, hacen lo posible para que no los tape el agua.