Marcelo Dumanjó, CEO de Atanor, administradora de los ingenios tucumanos Concepción y Marapa, dejó en claro que “no hay lugar para las picardías” en la actividad ante la actual crisis azucarera. “La posición histórica de ‘yo hoy me salvo y el de a lado se cae, y el año que viene me como el mercado’, no es una realidad. Aquí no se salvan unos y se caen otros. Acá se derrumban todos”, advirtió el ejecutivo, quien volvió a visitar Tucumán para participar en la reunión entre las grandes compañías del sector con el gobernador José Alperovich. No fue un viaje empresarial más el que realizó esta semana, y lo hizo notar. En la entrevista que mantuvo con LA GACETA, tras la última cumbre de la agroindustria con el Gobierno local, aseguró que se avecina “una tormenta perfecta”, en referencia a los problemas de la agroindustria y la economía.
-¿Qué posición tiene Atanor ante la crisis?
-En general, trato primero de tener bastante en claro los números y luego sacar una opinión. Esta situación ya excede a Atanor. Nos enfrentamos a una súper zafra. Se discutirá si la maduración (de la caña) será tal, a partir (de las proyecciones) de la Estación Experimental (Eeaoc), pero está fuera de discusión ya que la campaña será grande. Que si esos volúmenes se vuelcan al mercado interno será catastrófico, tampoco hay dudas. Que hay que hacer algo para encontrar una solución, ni discutirlo. Nos enfrentamos a la tormenta perfecta. ¿Qué quiere decir eso? Estar en los valores históricos, con una doble combinación de precio internacional y devaluación que no sucede, un tipo de cambio demasiado apreciado y una bolsa (de 50 kilogramos) de $ 95 de exportación.
-No cierran los costos...
-Levantar esa bolsa cuesta $ 150 (el costo en el cañaveral). Si uno se enfrenta a esa realidad, la decisión es no levantarla (por la caña). ¿La provincia de Tucumán puede enfrentarse a eso? Es imposible, porque quedará todo el mundo en el camino. A partir de ahora, cada uno debe tomar un rol y tenemos en claro que somos los más grandes de la industria. En lo personal, por no tener historia (en la actividad), ya que aquí todos se pasan factura de toda la vida, no tengo situaciones personales con nadie y he podido generar algún canal de diálogo con los distintos jugadores, como los cañeros. Algo han escuchado.
-¿Cómo se actúa?
-Fíjate en esta locura: a la situación de precios deprimidos se suma que hay en el ambiente un run run de que la bolsa está a $ 210 o $ 220. Te lo digo y ponlo como título: Atanor jamás vendió una bolsa a $ 220. Ese valor no está en nuestro radar. Y si fuera ese el precio, no venderíamos y nos sentaríamos arriba del azúcar hasta que cambie. Por eso digo que cada uno debe tener un rol. Probablemente, hay operaciones en $ 210, pero todos sabemos que, como sucede en las economías, no sólo en el azúcar, hay tipos que están volcados y otros que no necesitan reventar (el mercado). Lo que está pasando es que esas operaciones puntuales están empezando a transformarse en ese run run que afecta al mercado, pero no es verdad que sea el valor del azúcar en Tucumán. No lo fue nunca. Como ocurre con el precio del “blue” (dólar paralelo) del “arbolito” de la calle Florida (en Capital Federal). Ese no es el mercado. De hecho, hoy, el volumen oficial de azúcar que ha quedado, número que maneja el Centro Azucarero Argentino, el Ipaat (Instituto de Promoción del Azúcar y Alcohol de Tucumán), industriales y cañeros está en muy pocas manos, y esa gente no está haciendo transacciones a $ 200.
-¿Qué irresponsabilidades vio en el sector?
-Si estamos en una economía que tira manteca al techo, decir que el precio es $ 200 es un dato irrelevante más. Pero si estamos en una economía muy dañada, es echar leña al fuego. Estamos en un momento en que cualquier tipo de declaración tiene que ser mucho más pensada y responsable. Al final, si a una economía complicada le agregas esto, la terminas de liquidar. Como Atanor, estamos participando activamente, hablando con todos los jugadores de la industria. A nuestros cañeros le dijimos que se acerquen. El negocio (azucarero) ya no resiste el nivel de enfrentamiento, esto de la diferencia entre los industriales y los cañeros. A un productor nuestro que está en mala situación, le digo: antes de salir a reventar el azúcar, lo ofreces y lo compro yo, que lo guardaré. Esa sería una jugada responsable. Y no creo que somos ejemplo de nada, sino me refiero a la actitud que toma Atanor frente a un escenario más que complicado.
-Pidieron a Alperovich que gestione una suba de un 2% del corte de alcohol en naftas, ¿Qué tiempo tienen?
-A veces, los tiempos políticos no están acordes con los de los negocios. Y aquí tiene que suceder algo en las próximas dos semanas (…) Esa es la solución que se ha buscado, que se ha encontrado y que es posible. Ello permitiría derivar un flujo importante de azúcar a un precio distinto de bolsa: de $ 90 (exportación) a $ 300 (por alcohol). Las autoridades responsables de tomar esa decisión a nivel nacional deben entenderlo; no creo que cause gracia a alguien que haya un problema serio en una provincia importante como Tucumán.