Una de las esquinas de la plaza Independencia, la de San Martín y Laprida, se precia de conservar una verdadera antigüedad de la ciudad, la casa de dos plantas que fuera del magistrado José Antonio García. La podemos ver apenas a la derecha del centro de las fotos. Con algunos cambios que la terminaron simplificando, pudo esquivar las ansias destructivas que se llevó las otras dos ochavas, en la de la izquierda (ochava NO), para levantar La Continental en 1939, en la de la derecha (ochava SE), el edificio del Banco de la Provincia en 1927. 

En la fotografía superior, que fue usada como postal turística, podemos apreciar la encrucijada en la década de 1910. A la izquierda, donde originalmente había sido la casa del cura Diego León de Villafañe, funcionaba la confitería “ El Buen Gusto”, como puede leerse bajo el balcón. En la esquina de la derecha, con sus toldos desplegados, funcionaba el café “El Aguila” donde, antes, había sido la casa de Felipe Posse.

Ver la foto de hoy (la de abajo) es observar el detallado trabajo que se tomó la modernización de la ciudad. Aparte de hacer desaparecer a estos últimos, retocó el edificio de García echando por tierra la ornamentación y los detalles de sus frentes. Toda la balaustrada superior y los macetones que  lo coronaban también desaparecieron. German Burmeister, en sus apuntes del Tucumán de 1859, habla de un par de constructores italianos que trabajaban en la ciudad y eran muy requeridos por la sociedad tucumana de la época. Quien sabe, algunas fechas parecen coincidir, hayan sido los artífices de la ochava mencionada y apenas conservada.

Claro, es también llamativo el tranvía. Para nuestros días llenos de autos, motos y etcéteras varios, un tranvía que recorra la calle Congreso y su continuación (Laprida) rumbo a la Estación Sunchales es por lo menos surrealista.