BUENOS AIRES.- ¿Lionel Messi? ¿Justin Bieber? Dos guardias del aeropuerto internacional de Ezeiza se codeaban, preguntándose quién era capaz de provocar tamaña invasión de adolescentes, desbordados, para recibir a una estrella mundial. "¡Ahí viene Rubius!", gritaron los fanas de este joven español de 25 años que tiene un canal de YouTube con 10 millones de seguidores y vino a la Argentina como protagonista del Club Media Fest, el flamante festival latinoamericano que empieza hoy y termina el domingo en la Rural.

La bienvenida multitudinaria a Rubius, fenómeno también en Twitter con más de 3 millones de seguidores, sorprendió a la propia estrella, desbordada entre la gente que lo sigue porque tiene la capacidad de comunicarse con un lenguaje simple, el humor absurdo y la ironía, tal fue el caso de su llegada a Buenos Aires.



Otra clave para entender su idolatría en todo el mundo es su fanatismo por la cultura animé japonesa y la capacidad para compartir secretos y tips de los videojuegos más conocidos. Los números no dejan de sorprender: cualquier video que suba El Rubius a la red, en 24 horas ya es capaz de alcanzar dos millones de visitas. De hecho, la mayoría de los videos ya acumulan un promedio de entre 4 y 5 millones de visitas.

¿Quiénes consumen y qué clase de contenido tiene? La franja de seguidores oscila entre los 13 y 20 años y aunque Rubius es un joven altísimo en la web utiliza un plano de cámara que lo hace parecer un "enano". (Acá nada está dejado al azar). Su video más visto es Minero, una parodia de la canción de Chayanne, Torero, con más de 20 millones de visitas.

El Rubius descubrió YouTube en el 2006, con la plataforma recién estrenada y se interesó porque tenían videojuegos que iban a discontinuar y se colgaban sketchs de humor, todo muy amateur. Luego comenzó a subir escenas de juegos a los que jugaba en el 2011. Y los promocionaba en Meristation, y otras webs de gamers. Estudió técnicas de la imagen durante el bachillerato en Noruega y luego, ya en España, hizo un curso de animación 3D en Arteneo, una escuela multimedia madrileña.