Se había puesto un objetivo y quería evitar que intentaran detenerla. En silencio, Anahí Díaz subió a su camioneta y condujo hasta la esquina de 25 de Mayo y San Martín donde, el miércoles al mediodía, cortó el tránsito frente a la Casa de Gobierno para reclamar por los continuos hechos de inseguridad de los que fue víctima ella y su familia.

Ayer Díaz analizó su reacción luego de que un ladrón, que huyó sin ser identificado, le rompiera el vidrio de su camioneta para robarle la cartera. “Lo que me empujó a hacer lo que hice fueron la impotencia y la bronca que tenía. Ahora estoy más calmada, pero sigo mal. Me hubiera gustado que esto no haya pasado”, reflexionó.

A pesar de que dice que está más tranquila, el rostro de esta mujer de 35 años quien, el pasado jueves 2 abril, tuvo que ver como sus hijos de 10 y 11 años lloraban asustados luego de que los amenazaran con un cuchillo para robarles un celular, muestra los rastros que le dejó el stress de haber soportado estos robos. “Tengo miedo pero no quiero que esto quede sólo en eso o en la protesta que hice ayer (por el miércoles). Esta mañana tenía temor de salir de mi casa, pero no quiero vivir con miedo. Por eso -ahora que soy joven y tengo fuerza- quiero hacer algo para que las cosas cambien y mis hijos vivan en un lugar mejor. Pienso que podemos vivir de otra manera, como personas civilizadas que somos. No digo que los asaltos se van a terminar. Pero los ladrones tienen que saber que van a recibir un castigo si salen a robar. No pueden seguir saliendo así, como si nada les importara”, agregó.

Por esto, según dijo, eligió el lugar donde hizo su protesta. “Muchos me preguntaron por qué no fui a protestar a la casa del gobernador (José Alperovich). Pero él, como cualquier persona, tiene derecho a su privacidad. Fui a la Casa de Gobierno porque ahí están las autoridades que deben darnos una respuesta. Ellos tienen que trabajar para el pueblo, pero cómo pueden saber lo que nos pasa si no nos escuchan”, continuó.

En este contexto la mujer reconoció que, más allá de su decisión de trabajar para buscar un cambio que mitigue la creciente inseguridad en la provincia, su familia está preocupada por lo que hizo. “Con mi marido tememos que haya represalias. Pero tampoco podemos irnos de Tucumán por la inseguridad. Por eso quiero hacer algo”, concluyó.