BERLÍN.- El copiloto considerado responsable de haber estrellado a propósito el avión de Germanwings en los Alpes franceses la semana pasada informó a funcionarios de la escuela de entrenamiento aéreo de Lufthansa que sufrió una grave depresión, según la aerolínea. Lufthansa había dicho previamente que la compañía no conocía nada que hubiera podido hacer que el copiloto lanzara un Airbus A320 contra los Alpes franceses y que estaba en perfectas condiciones para volar.
Y afirmó que Andreas Lubitz interrumpió su entrenamiento como piloto durante varios meses, pero después pasó los exámenes médicos confirmando que era apto para volar. Cuando reanudó su formación en 2009, entregó a la escuela de aviación documentos médicos que mostraban que pasó un “episodio previo de depresión severa”, señaló la empresa alemana, haciendo referencia a una correspondencia por correo electrónico entre Lubitz y la escuela.
Los fiscales estatales de la ciudad de Düsseldorf dijeron que Lubitz fue tratado por tendencias suicidas antes de obtener su licencia de piloto. La semana pasada, hallaron certificados de baja laboral rotos que indicaban que Lubitz sufría de una enfermedad que debería haberle dejado en tierra.
Germanwings, a su vez, confirmó que no recibió la notificación de licencia de Lubitz para el día de la tragedia. Lufthansa, compañía matriz de Germanwings entregó los correos electrónicos y documentos adicionales a los fiscales de Düsseldorf tras las investigaciones internas.
La aerolínea alemana ya se enfrentaba a una responsabilidad ilimitada por daños generados por el suceso, pero ya dio instrucciones a sus aseguradoras para que reserven U$S 300 millones para lidiar con las demandas, los costos de las labores de rescate y la pérdida del avión.
Este nuevo informe generará previsiblemente un aumento de las preguntas sobre el proceso de supervisión de los pilotos.
Abogados representantes de algunas de las familias de las víctimas pidieron una revisión de las reglas sobre evaluación psiquiátrica de los pilotos.
El estudio de abogados Irwin Mitchell, con sede en Londres, informó que había sido contactado por las familias de las personas que murieron en el accidente. “Un incidente de esta naturaleza plantea la cuestión de si las aerolíneas deberían implementar pruebas adicionales por parte de un psiquiatra especializado, y si las autoridades de aviación de todo el mundo deberían hacerlo obligatorio”, planteó Jim Morris, socio del equipo de aviación de Irwin Mitchell.
“Las consecuencias catastróficas a gran escala de lo que puede salir mal cuando un piloto no está lo suficientemente bien mentalmente ha quedado duramente demostrado esta semana”, dijo Morris, un ex piloto de la Real Fuerza Aérea británica.
Por su parte, la autoridad de accidentes aéreos francesa, BEA, aseguró que investigará las “debilidades sistémicas” que podrían haber llevado al desastre, como la evaluación psicológica y las cerraduras de la puerta de la cabina.
“La Investigación de Seguridad estará orientada hacia el sistema de cierre lógico de la puerta y los procedimientos de ingreso y salida de la cabina, así como el criterio y procedimientos aplicados para detectar perfiles psicológicos específicos”, informó el organismo en un breve comunicado.
Esta agencia realiza investigaciones de accidentes civiles enfocándose solamente en identificar medidas de seguridad que evitarían futuros accidentes. No trata de atribuir culpabilidad.
Fiscales franceses creen que Lubitz, de 27 años, trabó la puerta de la cabina dejando al capitán afuera y estrelló el Airbus contra las montañas en una remota región de los Alpes franceses, provocando la muerte de las 150 personas a bordo.
Las aerolíneas europeas cambiaron rápidamente las reglas de la cabina, requiriendo que siempre haya dos miembros de la tripulación presentes.
En tanto, el presidente francés, Francois Hollande, aseguró que “el Ministerio del Interior confirmó que para fines de esta semana como máximo será posible identificar a todas las víctimas gracias a muestras de ADN”, en una conferencia de prensa junto a la canciller alemana, Angela Merkel, en Berlín. Desde la zona donde ocurrió la tragedia, el fiscal de Marsella, Brice Robin, relató, en el lugar del accidente se encontraron varios teléfonos móviles que deben ser analizados. De todas maneras advirtió que estaban en mal estado debido al choque. Pero, la recuperación de los cadáveres de las víctimas finalizó a una semana de la tragedia. “Ya no hay más cuerpos en la zona del accidente”, aseguró el gendarme Jean-Marc Ménichini, uno de los responsables del operativo, pero se mantiene la búsqueda de la segunda caja negra. (Reuters-DPA)