Amplio dominador de la primera etapa del Rally de San Luis, Tomás García Hamilton vio cómo en la segunda etapa su Subaru Impreza de la Clase 3 lo dejaba de a pie por una falla mecánica. Entre aquella frustración del domingo 22 de febrero y la posibilidad de revancha que desde hoy se le abre en Cutral Có, Neuquén, en el Rally del Petróleo y los Dinosaurios, el yerbabuenense, que corre con un coche armado por el catamarqueño Andrés Lucich y navegado por el bonaerense-cordobés Ezequiel Queralt se fue cargando de ansiedad.

- ¿Lo que te pasó en San Luis se inscribe en el plano de la mala suerte?

- Totalmente. Es la única explicación después de haber hecho una primera etapa excelente, que me dejaba con una gran chance para la segunda.

- En casos así, ¿cómo se reacciona?

- Y, uno putea un poco, esa la verdad. Pasa que lo que hacemos los pilotos en general es un gran esfuerzo personal y económico. Queda una espina que por ahora no duele tanto, al final del campeonato se sabrá.

- ¿Este abandono justo en la primera fecha te afectó en lo anímico?

- Soy de los piensan que los golpes lo deben hacer más fuerte a uno. Me dio bronca no seguir en competencia y perder muchos puntos en la carrera por el campeonato. Pero ya pasó y estoy frente a una posibilidad de desquite. Me siento bien, dispuesto a aportar lo mío con un auto que está impecable.

- La tarea no asoma como sencilla tratándose de una carrera que nunca corriste...

- Es verdad, nunca corrí en Neuquén, pero eso no veo que sea un impedimento para que pueda andar bien. Además, siempre que fui a un sitio por primera vez las cosas salieron adelante.

- ¿Asumís que se trata de una prueba con sus complicaciones?

- Sí, sé que van a surgir cosas a las que habrá que enfrentar. A mí me gusta correr en la montaña y esta es una prueba que tiene tramos en esa geografía.

- ¿Mantenés la idea de correr todo el campeonato?

- Así es. Hay que ir a todas. Más ahora que la meta es recuperar terreno perdido.

- ¿Cómo pensás que se va a dar la carrera?

- Ojalá con trámite a mi favor. Mis rivales saben que tienen que correrme, esa es la verdad. Y de la prueba propiamente dicha pienso que el domingo será el día más difícil por el tipo de terreno.