Entre el desplume del análisis de lo bueno y lo malo del equipo, se filtra una pregunta cuya respuesta sale de las manos de Cristian Lucchetti como cuando apura la salida de Atlético en una contra con olor a gol. Sus 10 dedos, aunque él diga que solo le queda la mitad contando sus dos manos, se mueven en pausa, mientras el mendocino explica qué será de su vida a futuro. Pocos lo saben, pero su contrato vence en junio próximo. O sea, si los astros se conjugan negativamente, el “decano” perderá a Luis Rodríguez y al arquero, capitán y subcapitán, respectivamente, además de figuras.
Lucchetti no sintoniza con el drama. En absoluto. “Mi deseo es poder quedarme, así que hablaremos llegado el momento. No me gusta hacerlo antes”, ataja ahora un penal a quemarropa como intentando brindarle serenidad a un hincha inquieto por la novedad. “Vamos a ver, mi idea es quedarme”, hace la del disco rayado el ex Banfield, pero con causa. En su cabeza no cabe la chance de emigrar.
Meses atrás, el presidente Leito había dicho que le entregaba a “Laucha” un cheque en blanco con tal de que se quedara. “Estoy agradecido al club. De hecho, habiendo tenido posibilidades para irme en su momento, decidí quedarme porque me han tratado muy bien acá; me siento cómodo. Creo que desde mi lugar no habrá problemas para seguir”. Ahí está la clave de la cuestión. Lucchetti no pondrá trabas (económicas) para dar el sí a una renovación de votos con el “decano”.
Y por si las moscas, evita la comparación de estados entre su deseo y el de “Pulguita”, que continúa expresando su necesidad de irse. “Cada uno tiene su punto de vista y analiza su propia situación. Hablo por mí y mi intención es continuar, aunque uno nunca sabe -pisa la pelota-. También debe haber predisposición de los dirigentes. Salvo que pase algo muy raro, me veo hasta fin de año o hasta junio de 2016”. Clarito, ¿no?
Entonces, quiere decir que más allá de sentarse a renegociar formalidades, Atlético dispondrá de las manos de Lucchetti por un tiempo: “Cinco dedos me quedan, así que no hay mucho, ja”.