Si hay un calificativo que no se le puede aplicar al pronóstico de estos días es el de optimista. Las previsiones meteorológicas indican que el fin de semana largo llegará con tormentas en toda la provincia. Y esa no es solo una mala noticia para aquellos que querían aprovechar los feriados al aire libre, sino para las miles de personas que se han inundado en las últimas semanas y que saben que si llueve mucho, esa pesadilla puede repetirse.
Entre el sábado y el lunes ingresará un frente frío que desencadenará tormentas en la región. El director del Laboratorio Climatológico Sudamericano, Juan Minetti, adelantó que está previsto que este fin de semana se produzcan tormentas en toda la región y que es necesario mantener la alerta en las zonas que pueden inundarse.
“Hay previsiones de tormentas importantes para el sábado, el domingo, el lunes y el martes. Se deberá a la entrada de un frente frío que hará descender las temperaturas mínimas a 12 o 13 grados. Hay que mantenerse alerta, porque estas lluvias pueden producir inundaciones”, alertó el especialista.
Minetti aclaró que también están pronosticadas fuertes tormentas para los últimos días de marzo. A eso hay que sumarle previsiones de lluvias muy importantes para, aproximadamente, el 10 de abril. En ese momento es posible que también se produzca un fuerte descenso de la temperatura.
Ante este pronóstico, los sistemas de emergencia se mantienen en alerta. El director de Defensa Civil de la Provincia, Fernando Torres, explicó que lo que genera mucha preocupación es que los suelos están saturados. “La emergencia continúa, porque los suelos están saturados y ya se superó la media histórica de precipitaciones en la provincia tanto para enero, como para febrero y para lo que va de marzo. Esto amerita reforzar todos los sistemas de emergencia”, evaluó.
Torres contó que se implementaron sistemas de comunicaciones inmediatos con todos los referentes de los organismos provinciales involucrados en la asistencia de los afectados y en la prevención de desastres. Además, evaluó que las zonas más críticas son las que se encuentra en el piedemonte, porque ahí se producen las crecientes repentinas.
Torres detalló que durante los últimos días ha ido bajando el agua en los lugares inundados y que ya casi no quedan personas aisladas. En cambio, hay unas 600 personas afectadas que han perdido todo y a las que el Estado deberá reubicar. Se trata de familias que vivían en Lules, en El Corte y en Raco.