JERUSALÉN, Israelk.- El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ganó esta madrugada -hora de Argentina- en las elecciones después de virar con fuerza hacia la derecha en los últimos días de la campaña, una estrategia que incluyó el abandono de un compromiso de negociar un Estado palestino.

En los últimos cuatro días de la campaña electoral, Netanyahu hizo una serie de promesas diseñadas para apuntalar su base del partido Likud y atraer votantes de otros partidos de derecha y nacionalistas. Se comprometió a continuar la construcción de asentamientos en los territorios ocupados y dijo que no habría Estado palestino si era reelegido.

Con el 99,5 % de los votos escrutados, el Likud ganó entre 29 y 30 escaños en la Knesset de 120 miembros, derrotando cómodamente a la Unión Sionista de oposición, que conquistó 24 asientos, dijeron el Comité Electoral Central de Israel y medios de comunicación locales. Una lista unida de partidos árabes se ubicó en tercer lugar.

El resultado electoral representa una victoria dramática e inesperada, luego de que los últimos sondeos de opinión publicados cuatro días antes de la votación mostraron que la Unión Sionista tenía una ventaja de cuatro escaños sobre el Likud.

En un comunicado, el Likud dijo que Netanyahu pretende formar un nuevo Gobierno en cuestión de semanas, y que ha iniciado negociaciones con el partido pro-colonos Hogar Judío, liderada por Naftali Bennett, el partido centrista Kulanu y grupos ultraortodoxos.

"La realidad no nos está esperando", dijo Netanyahu. "Los ciudadanos de Israel esperan que organicemos rápidamente un liderazgo que trabaje para ellos respecto a la seguridad, la economía y la sociedad como nos comprometimos a hacer - y lo haremos", agregó.

Isaac Herzog, el líder de la Unión Sionista, reconoció la derrota y dijo que había llamado a Netanyahu para felicitarlo, informó la agencia Reuters.