ESTADOS UNIDOS.- Miente, miente, que algo quedará... La china Lin Zhu se quedó con la victoria en primera ronda de Indian Wells. Pero también con el repudio masivo. La joven de 21 años mintió en el punto clave del segundo set, cuando devolvió una pelota con su raqueta, picó en su propio campo y recién pasó al terreno de la italiana Francesca Schiavone. Fue una jugada rápida: el público aplaudió el esfuerzo de Zhu, el juez Ali Nili convalidó el punto, hasta los periodistas clamaron "¡Extraordinario golpe de clase!". Todos estaban siendo engañados, menos Schiavone, que se dio cuenta de la trampa y acusó a su rival ante la vista de todos.

"Pregúntele si fue válido el tanto", le pidió la italiana al juez. "No puedo preguntarle, pero usted sí", le respondió. Entonces, sin perder las formas, Francesca llamó a Lin Zhu, que se hacía la desentendida. "¿No viste lo que pasó? Esto lo están viendo por televisión. ¿No lo viste?", le preguntó la rival. "No me acuerdo", dijo la china, yéndose rápidamente a su silla para pasar el mal momento con una bebida rehidratante. "Mentirosa", dijo Schiavone en voz alta.   

Luego de la jugada de la polémica, Schiavone no pudo volver a meterse en el partido (había ganado sin despeinarse 6-0 el primer set) y también perdió el tercer set ante la joven asiática, ya a esa altura un resultado anecdótico. Porque lo más importante fue el mensaje que luego dejó la italiana, palabras con repercusión en el individualista ambiente del tenis: "Le pedí a Zhu que admitiera lo que había pasado. Y nada. Somos deportistas, pero el deporte también es verdad y ella no lo ha reconocido. En la pista debemos tener al mismo tiempo respeto y amistad".