El caudal del río Marapa creció a media mañana de ayer y desbordó en La Madrid para anegar los barrios Villanueva, La Costa y otros próximos al cauce. La creciente no tomó por sorpresa a los vecinos porque ya estaba previsto que esto podía suceder con la apertura de las compuertas del dique Escaba, el lunes. Pero se desconocía la magnitud de la masa de agua.
De todos modos, las autoridades habían instrumentado un plan de evacuación de la mayoría de los pobladores. Algunos vecinos se fueron a otras comunidades más seguras, mientras que muchos otros prefirieron permanecer acampados a orillas de la ruta nacional 157.
Ni para un sándwich
A raíz del alerta ayer ningún comercio tenía mercaderías, ni otros artículos, para la venta. “Aquí no hay ni para comer un sándwich” se quejó uno de los lugareños. En el afán de resguardar sus mercancías, hubo quienes los pusieron en sitios a resguardo y otros los llevaron a casas de parientes o amigos en ciudades cercanas.
Los refugiados que permanecieron en la ruta se mostraron molestos por la escasa ayuda que recibieron del gobierno. “Pasamos una noche de terror, no sólo por el temor a la creciente, sino también porque no teníamos ni un colchón donde dormir. Para colmo hay una invasión de mosquitos. Los que más sufrieron fueron los chicos” dijo Gladis Albornoz, mientras mostraba los estragos que habían hecho los insectos en la piel de su hija.
El comisionado comunal Dardo Herrera aclaró que la asistencia que se brindó estuvo en el marco de una situación de emergencia. “Se pusieron 10 baños químicos a la orilla de la ruta, Gendarmería cocinó y distribuyó alimentos a los evacuados y también se entregaron botellas con agua”, informó. Herrera precisó que en realidad el lugar de evacuación preparado fue el de la escuela, en donde se instalaron colchones. “Nadie fue hasta ahí. Todos se quedaron en la ruta. De ahí que no entiendo las quejas” apuntó el funcionario.