El recuerdo del día del asesinato de Aníbal Abel Álvarez estará hoy a flor de piel entre las personas que lo querían, pues se cumplen dos años del crimen. Al joven, que tenía 28 años, lo mataron de un tiro en la cabeza y el único acusado es un policía.
Álvarez salió por última vez de su casa el domingo 10 de marzo de 2013 a la tarde para asistir a un baile de carnaval en el Club San Antonio de Ranchillos. Cuando la fiesta terminó, subió a la camioneta de un amigo junto a otras dos personas más y emprendieron la vuelta. Pero en el camino se produjo un incidente que tuvo un desenlace fatal.
La camioneta circulaba por la ruta 302. Según se comentaba en aquel momento, el conductor de un vehículo utilitario sin chapa patente los obligó a parar, a la altura del acceso al barrio Aeropuerto. El amigo de Álvarez se bajó de la camioneta y discutió con el chofer del utilitario, quien le propinó una golpiza y sacó un arma de fuego. “Mi hijo se bajó para pedirle que le dejara de pegar y que bajara el arma, y ahí le dieron un tiro en la cabeza. Lo mató ahí”, relató con dolor Beatriz Rivadeneira, la mamá de la víctima.
Más tarde supieron que el presunto homicida era un empleado de la Policía y que el arma con la que fue asesinado Álvarez también pertenecía a la fuerza. Se trata de Carlos Alberto Reyna, quien fue imputado por homicidio agravado. “Ahora este hombre está libre. Tengo entendido que trabaja como custodio en una sandwichería”, afirmó Rivadeneira.
Reyna estuvo detenido con prisión preventiva después del hecho, pero al poco tiempo le concedieron la libertad, según explicó el abogado querellante Fernando Singale. “Está en borrador el requerimiento de elevación a juicio, pero todavía no está firmada la requisitoria porque falta que se hagan algunas pericias”, agregó el letrado. Esa situación molestó a la madre de Álvarez, quien imploró: “necesito que se haga el juicio y se haga justicia”.
La causa está en la Fiscalía de Instrucción de la III° Nominación, donde todavía no hay un fiscal designado desde que se jubiló Teresita Marnero.