BUENOS AIRES.- La investigación por la muerte “dudosa” del fiscal de la causa AMIA, Alberto Nisman sigue abriendo caminos por donde intentar dilucidar qué pasó en el departamento del magistrado, las horas previas a su deceso. Una de las incógnitas aún no develadas es que los dos custodios de la Policía Federal que fueron a buscar a Nisman a su casa, el domingo 18 de enero, dieron dos versiones distintas sobre el horario en el que por primera vez subieron al departamento que éste ocupaba en una torre de Puerto Madero.

Tanto el sargento primero Luis Miño como el suboficial Armando Niz coincidieron en relatar que Nisman no respondió los llamados telefónicos ni los que hicieron a través del portero eléctrico del edificio. Sin embargo, Miño dijo que subieron al departamento cerca de las 17:30, después de haber hablado por teléfono con una de las secretarias privadas del fiscal, Marina Pettis, mientras que Niz sostuvo que lo hicieron antes de entablar contacto con ella, a las 14 horas.

Son tres horas y media de diferencia. Demasiado para quienes recuerdan, en declaración testimonial, lo ocurrido apenas un par de días después del hecho.

Una fuente sostuvo que la ex esposa de Nisman, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, pensó en algún tipo de “conspiración”, o en “el armado de la escena” entre uno de los custodios y el técnico en informática Diego Lagomarsino, quien admitió haberle entregado a Nisman el arma que, según las pericias, provocó la muerte del fiscal.

“Esto le servirá a Arroyo Salgado para un eventual juicio por daños y perjuicios que le haga en el futuro al Estado en nombre de sus hijas”, dijo otra fuente relacionada con la investigación del atentado que, en 1994, provocó la muerte de 85 personas. Claro que primero deberá establecerse si se trató de un homicidio, como ella sostuvo la semana pasada, o si fue un suicidio, como ella misma dijo que es la hipótesis de la fiscala Viviana Fein.

El Gobierno reaccionó tras conocerse las declaraciones de los dos policías y los separó de funciones al abrirles un sumario. Lo llamativo es que, por lo que se sabe, la fiscala no los convocó todavía a un careo, una medida lógica en cualquier causa penal y más aún en ésta, en la que se investiga la muerte violenta de un colega que estaba a cargo de la investigación del atentado terrorista más grande ocurrido en la Argentina. Más allá de la actuación de la custodia policial del fiscal muerto, Fein indagará sobre el papel de la Prefectura. Quiere saber por qué demoraron tanto tiempo en avisar a la Justicia sobre el hallazgo del cadáver de Nisman. El llamado de la Prefectura al Juzgado en turno fue a la medianoche, pero la muerte ya había sido verificada a las 22:30. (www.clarin.com)