BUENOS AIRES.- Anímicamente agigantado por la cátedra de perseverancia y orgullo que dio Leonardo Mayer al derrotar a Joao Souza, el equipo argentino vivió la última jornada de la serie ante Brasil con un Juan Martín del Potro completamente reintegrado al grupo. No todavía como jugador, pero sí como parte del proyecto liderado por Daniel Orsanic.
Luego de dos años de autoexclusión por sus diferencias con el capitán anterior, Martín Jaite, el tandilense se erigió en hincha número 1 y vivió a pleno la jornada de Copa Davis, al punto de cancelar un vuelo a los Estados Unidos para jugar Indian Wells, ya que no quería perderse nada.
Así, su larga figura asomó temprano en Tecnópolis, cuando ingresó al vestuario argentino y condujo la arenga previa al trascendental partido de Federico Delbonis, sobre quien pesaba la presión de cerrar la heroica tarea de Mayer y sellar el pase de Argentina a cuartos de final, donde ya espera la Serbia de Novak Djokovic.
“Vamos ‘Delbo’ vamos, ponga huevos que ganamos”, entonaba Del Potro mientras golpeaba la puerta del vestuario, seguido por Carlos Berlcoq, Diego Schwartzman, Mayer, Orsanic y los demás asistentes. No conforme con eso, redobló la apuesta y entonó “a estos p... les tenemos que ganar”, a la vez que usaba de caja de percusión la pared que separa ambos vestuarios.
Esa inyección anímica descomprimió a Delbonis y el resto lo hizo el público, que alentó sin parar en un lunes atípico, con entrada libre y gratuita al predio de Tecnópolis, que promete ser sede nuevamente ante los serbios en julio, pero para esa época en el estadio techado.
El primero en salir a la cancha fue Mayer, el héroe del domingo, que recibió una merecida ovación desde las cuatro tribunas por su histórico triunfo tras casi siete horas de batalla.
Entre las muchas banderas que se vieron una rezaba “qué placer verte otra vez, Delpo”, en reconocimiento al ex número 3 del mundo. La foto del festejo final encontró al equipo argentino abrazado y entregado al público, con Mayer como líder desde adentro, Delbonis erigido en la figura del día, Del Potro comprometido de nuevo, y el juramento de que en la próxima estará de nuevo transpirando la camiseta argentina.
La victoria se festejó largamente, por la forma en que costó conseguirla y porque enfrente estuvo Brasil, a nivel deportivo el rival más importante de Argentina, y por eso se saboreó el doble, aunque simplemente se haya tratado de una ronda inicial de la Davis. (Télam-Especial)