Antes de la final de la C-2 del TN, Maximiliano Bestani aspiraba al menos a completar la carrera, bajoneado por la serie de problemas sufridos por el motor de su Renault Clio durante la fase clasificatoria. Lo bueno para él es que logró un poco más: terminó 14° y sumó puntos para el certamen, con lo que pasó a ubicarse 22°, con 12.

Su contracara fue Matías Rodríguez. Largó noveno con otro Clio, pero rápidamente perdió sus chances por un toque. Se vio obligado a abandonar, con apenas siete vueltas corridas. Ahora está 20° en el torneo, con 14 unidades.

“Hubo que cambiar motor para la final, y aunque por ello sumé lastre, terminé satisfecho con lo logrado. Quizás tendría que haber hecho el cambio antes, para pelear más arriba desde las series. Pero ya está, por algo las cosas se dan así”, contó “Maxi”.

El piloto del auto N° 40 es optimista con respecto a su futuro. “Hay que seguir trabajando. Lo que logré en Las Termas, es un buen síntoma. Tengo que asimilar que ahora estoy peleando entre los primeros 20. El ritmo a mantener es otro y también hay que saber cómo manejar la presión, que va en aumento”, completó.

Matías le puso onda a su mala fortuna. “Largué bien y en la primera curva ya había ganado dos puestos. Pero entonces Ariel Michieletto se abrió de más y al volver le pegó con su auto a la llanta delantera del mío y allí quedó todo desalineado. En la curva dos quedé en medio de una lucha y volví a sufrir. El auto perdió todo lo bueno que tenía, lo siguiente fue apenas un intento de mantenerme en pista. Pero terminé por chocar el coche de Marcos Fernández y la historia se acabó para mí. Y aunque la maldición de Las Termas me persigue, no pienso entregarme. Avancé mucho y quiero seguir haciéndolo”, sostuvo el piloto de Lastenia.