Singular tendencia es la que impera en el deporte, a partir del “bautismo” que reciben distintos seleccionados nacionales con nombres de fantasía o que remiten a cuestiones de la más diversa índole. En la Argentina, son numerosos los conjuntos que tienen un nombre como marca registrada (ver notas aparte), aunque extrañamente a la selección de fútbol, siendo la más popular del país, esa costumbre todavía no la alcanzó. Quizás el mote de “albiceleste” no haga un acto de total justicia sobre la gloria que supo cosechar en los campos de juego. Por caso, Brasil es conocido como “scratch”. Traducido, sería un competidor sin golpes adjudicados previamente, es decir alguien que inicia una competencia sin ningún tipo de ventaja, un experto en alguna actividad. Como el brasileño es el equipo que más títulos mundiales acumula, la prensa definió así a su representantivo nacional. Es decir, lo rotula el mejor de todos, o el rival a vencer.
Apodos reconocidos sobran: en fútbol, están La Furia (España); la Squadra Azurra -el equipo azul- (Italia), Les Bleus -los azules- (Francia); Die Mannschaft -el equipo- (Alemania), La Naranja Mecánica (Holanda); Los Leones Indomables (Camerún); Bafana Bafana (Sudáfrica); Las Súper Aguilas (Nigeria); Los Elefantes (Costa de Marfil); El Tri (México), entre muchos otros. En rugby Los All Blacks (Nueva Zelanda); El Equipo de la Rosa (Inglaterra); Los Dragones (Gales); Los Wallabies (Australia); Los Springboks (Sudáfrica); El Cardo (Escocia); El Trébol (Irlanda).
La lista puede resultar interminable y, por supuesto, por demás entretenida.
Una cuestión de Delfinas y de Topos
En materia de deportes para sordos, se destacan dos nombres simpáticos: Las Delfinas (voley de damas, foto) y Los Topos (básquet masculino). Las primeras tuvieron buena repercusión con su juego, incluso jugaron mundiales, panamericanos y sudamericanos. El nombre surgió en 2009 porque para ellas el delfín significa comunicación. Lo definieron antes de disputar los Juegos para sordos en Taiwán. Con respecto al equipo de básquet, lo paradójico de la elección del nombre es que el animal de referencia se caracteriza principalmente por su incapacidad visual.
Los Gladiadores salen a la arena en 2011
En el glorioso 2011 de la selección de handball de caballeros nació el mote de Los Gladiadores. Fue por iniciativa de un integrante del cuerpo técnico, Guillermo Cazón: lo hizo ante la semejanza del jugador Pablo Portela con Maximus, personaje de la película “Gladiador” y de cómo transmitía un mensaje de lucha al plantel. “Un día jugábamos un torneo en Brasil y con el DT, Eduardo Gallardo (h), dijimos que realmente parecíamos gladiadores, porque íbamos contra el mundo”, contó Cazón. El nombre ganó aceptación, creció y hoy está en el ADN del equipo.
Las Águilas vuelvan alto en el mundo
Particular es el caso del seleccionado nacional de hockey sobre patines, conocido como Las Águilas. Conformado en su mayoría por jugadores de Mendoza y de San Juan, el conjunto alcanzó la gloria en 2014 al coronarse campeón del mundo en Alemania, con lo que sumó otra conquista a las logradas en 1998, 2002 y 2004. El mote se originó en 2000: responde no sólo por la cercanía de las provincias de las que son oriundas las chicas con uno de los mayores hábitat de esas aves: también hace referencia al sentido del logo: volar bien alto y atacar a sus presas.
Las Panteras asomaron en Santa Fe
Hasta 2001, fue el voley masculino el que le brindó alegrías en exclusiva a ese deporte en el país. Pero ese año se sumaron las chicas: con un equipo que integraban, entre otras, Carolina Costagrande, Romina Lamas y Mariana Conde (todas con experiencia internacional), las dirigidas por Claudio Cuello lograron clasificar por primera vez a un Mundial, el de Alemania 2002. El buen juego del equipo en el torneo disputado en Santa Fe, y sobre todo su espíritu aguerrido para sobreponerse a las dificultades, abrió el camino al apodo con el que hoy se lo conoce: Las Panteras.
Los Gauchos se hacen a puro bateo
Pudieron llamarse Los Mosquitos o Los Teros. Pero no. Les quedó mejor Los Gauchos, como una ironía de la realidad que viven quienes portan la camiseta de la selección argentina de béisbol: juegan a un deporte que está lejos de tener tradición en nuestro país. El equipo transita una “etapa dorada”: ganó cinco sudamericanos, es el actual campeón y apunta a seguir bien arriba. Como cuando se adjudicó el bronce en los Juegos Odesur de Medellín 2010 y tomó el nombre que les da una identidad única fuera del país.
Entre Leonas, Leones y Leoncitas
Para la segunda rueda de los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 y camino a un duro choque con Holanda, las chicas del seleccionado de hockey eligieron poner la imagen de una leona en la camiseta. Fue un diseño de la entonces jugadora Inés Arrondo el inicio de las exitosas Leonas con el que hoy se conoce al equipo; por decantación, a las juveniles se las “bautizó” Leoncitas. En el caso de los varones, recién en 2014, con la Copa Mundial a la vista, comenzaron a llamarse Los Leones, a instancias del DT “Chapa” Retegui. El nombre surgió luego de un intenso debate, en el que se barajaron otros como Los Caballeros y Los Toros.
La Legión, generación de grandes talentos
Bueno es aclarar que el término La Legión no remite al equipo argentino de tenis que disputa la Copa Davis. Pero sí hace referencia a una generación de jugadores de la talla de Mariano Puerta, Gastón Gaudio (foto), Guillermo Coria, David Nalbandián, José Acasuso, Agustín Calleri, Guillermo Cañas y Juan Martín del Potro, entre otros, que dieron origen a una generación que sumó más de 50 títulos, desde los de más baja categoría, hasta Masters y Grand Slams. El término, que aún está en vigencia, remite a la cosecha de éxitos en conjunto.
Los Murciélagos se sumaron al “zoo”
Entre finales de la década del ‘80 y comienzo de los ‘90 tomó forma el nombre con el que hoy se conoce a la seleccional nacional de fútbol para ciegos: Los Murciélagos. Fue a instancias de Silvio Velo, histórico jugador del equipo y dueño de un gran sentido del humor. “Estaban Las Leonas, Los Pumas y nosotros necesitábamos un nombre. Y así, casi como un juego, nos bauticé en un vestuario en esa onda ‘zoo’. Hasta el día de hoy quedó”, dice orgulloso. Los Murciélagos fueron campeones del mundo dos veces, y subcampeones en tres oportunidades.
De Pumas, Jaguares y Pampas
La selección argentina de rugby se convirtió en Los Pumas en 1965, cuando realizó una gira por Rhodesia del Sur y Sudáfrica: ganó 11 de sus 16 partidos, entre ellos uno a los Juniors Springboks por 11 a 6 en Ellis Park. Durante esa gira, un reportero del semanario “The Weekly Farmers” llamó así al yaguareté impreso en el escudo presente en las camisetas argentinas. Los demás apodos siguieron la “línea felina” con los años: Los Jaguares (segundo equipo) y Los Pumitas (los juveniles). El nombre que rompió el molde fue Los Pampas, nacidos en 2010 para jugar la Vodacom Cup de Sudáfrica y luego la Pacific Rugby Cup.
“Dorados” con “Alma” y chicas “Gigantes”
No hay un nombre popular con el que se conozca al seleccionado argentino de básquet. Pero sí pasó a la historia el de “Generación Dorada”, con el que se conoció a los planteles dirigiridos por distintos DT como Rubén Magnano, Sergio Hernández y Julio Lamas, que sumaron éxitos entre 2001 y 2014. El hito fue, sin dudas, la medalla dorada en Atenas 2004 (foto). En los últimos tiempos, el término El Alma comenzó a ser usado de manera recurrente para referirse al equipo. En cuanto a las mujeres, el mote Las Gigantes comenzó a hacer referencia a ellas alrededor de 2009.