En menos de una semana, junto al ruido de motores, llegará la hora de que comiencen los lamentos de los tuercas tucumanos. Cuando el 6 de marzo comience la actividad del WTCC y del Turismo Nacional en Termas de Río Hondo, una vez más quedará al desnudo que Tucumán no existe en el mapa de los grandes espectáculos automovilísticos por la falta, en este caso, de un autódromo.
En Tucumán no hay un circuito y los pilotos de pista deben viajar a Santiago del Estero, a Salta y a La Rioja, por sólo citar las provincias de la región. Los “fierreros” de alma también tienen asumido que para disfrutar en serio deben organizar su viaje a la ciudad de las aguas termales.
El calendario ya comenzó con el Vivac del Rally Dakar -el Hipódromo perdió por goleada con el autódromo termense- y seguirá con otras dos pruebas internacionales (el WTCC y el Moto GP por segunda temporada consecutiva), seis competencias nacionales (dos pruebas del Turismo Nacional, una del Súper TC 2000, una del Turismo Carretera y TC Pista, una del Top Race V6 y una del Motociclismo Nacional) y ocho pruebas del Top Race del NOA.
En otras palabras hasta diciembre, en Termas de Río Hondo habrá acción. Y esas jornada cargadas de emociones se traduce en millares de visitantes extras, hoteles y campings llenos, cabañas, departamentos y casas alquiladas, restaurantes, supermercados, despensas y drugstores que no dan abasto, son algunas de las consecuencias de esta fiebre.
Apenas efecto rebote
Hasta Tucumán gozará con el efecto rebote. Cada vez son más los hoteles de esta provincia que deciden no hacer reservas a quienes no tengan pensado alojarse los días 17, 18 y 19 de abril. ¿Por qué? Ese fin de semana se correrá el Moto GP en la vecina provincia.
Héctor Farina, director del Autódromo, está feliz, no sólo por los resultados, sino por lo que genera esa mole que causa envidia a nivel nacional. “Lo más importante es el valor agregado. Toda la ciudad vive de cada una de las carreras. Ya casi no hay alojamiento para la prueba del próximo fin de semana”, explica en una charla telefónica con LG Deportiva.
¿Y Tucumán? Bien gracias. En el ámbito de los motores sólo puede ser escenario de competencias que se desarrollan en caminos o sendas. Pasó el Rally Dakar -tan raudamente que casi ni pudo ser disfrutado o al menos no como en años anteriores-, el Rally Nacional -que hasta el momento no tiene fecha confirmada en la provincia- y el Transmontaña de Enduro. Y no insista, no hay más.
“Las categorías de pista zonales están desapareciendo. Y no sólo se trata de falta de un autódromo, sino también porque al Gobierno no brinda el apoyo necesario para hacerlo. El que quiere correr, además del presupuesto que necesita para la competencia en sí, debe buscar otro para afrontar los viajes”, explicó Peter Olaz, tucumano que salió campeón en el Top Race NOA.
Lucas Mohamed conoce muy bien el significado de la palabra esfuerzo. “Un autódromo en Tucumán generaría muchísimas cosas. Centenares de puestos de trabajo, importantes ingresos de los visitantes que puedan llegar en cada prueba, recuperar las categorías de pistas que se perdieron, evitar la frustración de los que no pueden correr y, fundamentalmente, salvar vidas porque las picadas se están cobrando muchas”, enumera. Más claro imposible.