La crisis en la empresa estatal brasileña Petrobras, envuelta en un escándalo de corrupción, afecta la imagen la presidenta, Dilma Rousseff. Según analistas brasileños, la mandataria pierde popularidad, pese a que el año pasado obtuvo la reelección. A esto se suma una sostenida expansión del desempleo.
Esta semana, la agencia estadounidense Moody’s, que califica el riesgo de inversión de las empresas, rebajó la nota de la petrolera brasileña. La mandataria afirmó que la rebaja -que resultó en la pérdida del grado de inversión- ocurrió por “un desconocimiento” por parte de la calificadora.
Al anunciar la medida, Moody’s alegó “preocupaciones por investigaciones de corrupción y presiones de liquidez que pueden resultar de los atrasos en la entrega de resultados financieros auditados”.
La rebaja de la nota de Petrobras no sorprendió a los analistas brasileños, ya que Moody’s había anunciado en enero que la deuda de la empresa estaba en “perspectiva negativa”. Pese a la reacción de Rousseff, quien intentó menguar el impacto, el anuncio de la calificadora provocó una fuerte caída de las acciones de Petrobras en la Bolsa de San Pablo. (DPA-Reuters)