Es sabido que Francisca Jacques (1858-1948), hija tucumana del famoso Amadeo Jacques, desarrolló una destacada carrera en la docencia. El presidente del Consejo Nacional de Educación, doctor Juan B. Terán, le envió en 1931 una felicitación por su cumpleaños. Ella le respondió por carta, el 10 de setiembre.
Empezaba diciéndole que, antes de que fuera rector de la Universidad y presidente del Consejo, “yo lo conocía por sus obras, que es como dice la Escritura que debe conocerse al hombre; ya lo miraba como a un orgullo nacional, y ya, al citar a mis comprovincianos ilustres, sí lo ponía a usted después de Alberdi, de Avellaneda y de otros, era por su juventud”.
Había recibido felicitaciones que le alegraron el día, pero, decía, “su carta, si no es estímulo porque ya -¡ay!- no estoy en edad de aprovecharlo, es galardón y premio por toda una vida consagrada, en mi modesta esfera, a la causa de la cultura argentina”.
Narraba que cuando, frente a sus alumnas, al abrir una carta separaba y guardaba la hoja en blanco que sobrase, les decía: “recuerden el concepto del doctor Juan B. Terán sobre la enseñanza del ahorro en las escuelas: que no se desperdicie nada de lo que puede ser útil; el ahorro no está solamente en juntar monedas que a los chicos no les ha costado ganarlas”. Añadía, “para disculparme de la ‘clasecita’: el doctor Terán ha dicho que el maestro muere maestro. Su carta, a la que tan pobremente correspondo, acaso, pues, sea también estímulo, pero seguramente es un tesoro”. Se despedía como “su admiradora”, y “muy satisfecha agrego: su comprovinciana, su humilde amiga”.