Las vacaciones ya fueron. Y, como en toda maquinaria, a los engranajes les cuesta retomar el ritmo para producir. Y eso es producto del síndrome posvacacional. Están aquellos que retornaron de sus licencias durante enero y tuvieron que hacer un esfuerzo mayor para suplir las ausencias en la oficina o en la fábrica. También los otros, que vuelven paulatinamente a la tarea habitual en estos días. ¡Qué difícil es volver!, dicen algunos trabajadores en voz alta. De cualquier manera, este es un tiempo para diseñar lo que vamos a hacer en este nuevo ciclo laboral que se abre.

Para los perfiles más formales, la planificación es una práctica habitual en estos meses donde el retorno a la actividad y ritmo habitual invita a ordenar las acciones, afirma a LA GACETA José Blunda, director de la consultora +Personas (www.maspersonasrrhh.com.ar).

Otras personas más informales en cuanto a su estilo de acción, se dejan guiar por la intuición y lo que la inteligencia más emocional que racional les dicta.

“Independientemente de los estilos, todos estamos parados en el punto de retorno, posvacaciones, y debemos ver el nuevo ciclo como la oportunidad de empezar a crear las condiciones para que nuestras metas sean posibles, ya que esto dará un sentido y dirección a nuestro esfuerzo diario”, remarca el especialista. Además permitirá estar menos expuestos a los olvidos y algo muy importante: dado que el tiempo es un recurso cada vez más escaso, mejorará las decisiones acerca de cómo vamos a administrarlo.

Un ejercicio muy interesante, es visualizar como queremos vernos a fines de 2015, plantea Blunda. Por ejemplo, qué nos gustaría que nos suceda en los diferentes ámbitos y roles de nuestra vida.

Trabajo, salud, relaciones, desarrollo y capacitación, son algunos de los ámbitos que merecen ser analizados y ponerlos en términos de futuro deseado. “Son estos pensamientos e ideas devenidos en metas y propósitos, los que deben funcionar como norte en nuestra brújula interna durante los 10 meses venideros”, explica.

Sugerencia: no tentarse a tomar como válida la creencia de que todo es igual de importante, porque en muchos casos todo termina siendo muy parecido a nada. “Es clave priorizar y definir las metas que de verdad son cruciales y valiosas para cada uno de nosotros”, advierte Blunda.

Definidos los resultados deseados para el fin de año, necesitamos empezar a vivir cada mes, y día, como el camino para acercarme a mis metas. Por supuesto que este proceso será un camino con interferencias. “A no olvidar que todos tus logros anteriores fueron posibles no porque el camino estuvo exento de obstáculos, sino por el hecho de que estuviste dispuesto a sortearlos”, señala. Para estos desafíos hay que hacer un reconocimiento de que tenemos un equipaje de importantes recursos: conocimiento, motivación, creatividad, y personas que pueden apoyarte. Estos serán claves para darle efectividad a nuestro accionar.

“Es en las acciones -dice Blunda- donde hay que poner la dosis de compromiso y disciplina que todo plan requiere. Preguntas que debes responderte como persona u organización: ¿qué vas a hacer en la semana, para estar más cerca de tus metas? En los días pasados, ¿estuve sólo atendiendo urgencias o también me ocupé de mis metas importantes? ¿Cuándo me voy a ocupar de lo que postergué por falta de tiempo o imprevistos? El plan de actividades, ¿reúne acciones cuya realización son responsabilidad mía? “Como la línea de tiempo pensada para mis metas anuales representa el mediano plazo, es necesario dividir este período de tiempo en bloques más pequeños, de plazo más corto”, indica el director de +Personas. Para esto, los siete días de la semana representan la medida ideal para planificar que haré y para hacer un control acerca de lo que hice la semana pasada. “Es muy común que la gente no tenga su por escrito, dejando esta práctica como exclusiva del mundo de las organizaciones. Es obvio que necesita de un esfuerzo de análisis”, sostiene. Pero agrega que también es una realidad para muchos que promediando el año se dan cuenta que en una prioridad para el año, han avanzado muy poco o nada, tapados por las cosas urgentes o por las metas importantes de otras personas. “Es mediante la definición de mis prioridades, el compromiso con estas metas mediante acciones en esa dirección y del seguimiento para controlar los avances como nos acercamos no sólo al fin de año, sino y lo que es más importante, a los resultados que queremos alcanzar en 2015”, finaliza.