“Este Tucumán que se viene con todo: con José Cano gobernador, con Gerónimo (Vargas Aignasse) intendente y todos juntos con (Sergio Massa) presidente”. El jingle del grupo La Rosa -que sonará desde hoy en las radios- retumbaba anoche en un centro vecinal de San Cayetano. Media hora antes de la cita, allí no cabía un alfiler. Los principales dirigentes del NEP (Nueva Era Peronista) llegaron temprano porque estaban nerviosos, expectantes. Ocurre que sus principales referentes, el legislador Gerónimo Vargas Aignasse (precandidato a intendente) y el concejal Esteban Dumit (se postulará a legislador) les presentarían al precandidato a gobernador para el que trabajarán este año. El elegido no era otro que un radical, que el presidente de los radicales tucumanos. Y ahí el motivo de la inquietud de los peronistas-massistas.
Luego de que Cano y Vargas Aignasse entraran entre la muchedumbre, Dumit tomó el micrófono e inauguró una especie de talk show. La consigna: “somos el penonismo rebelde que decide acompañar a Cano”. A partir de allí, una docena de dirigentes barriales de los circuitos 7 al 22, que han sido esquivos para la oposición, habló delante de la mesa en la que además de Cano, Vargas Aignasse y Dumit, estaban José “Yayo” Carbonell, Facundo Vargas Aignasse (primo de Gerónimo, candidato a concejal) y Juan Roberto “El Chino” Robles.
Fernanda Romero pidió a Cano que camine sus barrios. Gustavo Rivera dio la bienvenida al nuevo “compañero” y prometió desplegar autos y fiscales el día de los comicios. Valle Tula reconoció que no le sería fácil trabajar para un radical, pero que confía en la decisión de “Gero”. “Pero no es gratis, queremos a Gero intendente”, apuró la señora con una sonrisa pícara. “Lo hemos terminado aceptando porque nos lo piden, pero amor con amor se paga José, Gero a la intendencia”, insistió Graciela Camiletti. Sucede que hay tres radicales que también quieren postularse para el cargo: Silvia Elías, Federico Romano Norri y Luis Sacca.
Luego, llegaron los discursos. Carbonell enmarcó la reunión evocando el abrazo de Juan D. Perón y Ricardo Balbín. Vargas Aignasse reconoció luego que en un principio le costó tomar la decisión de avalar a Cano tanto como a su gente, pero que a medida que lo fue conociendo, supo que fue lo adecuado. Criticó a los gobiernos provincial (“le quedará el estigma del ‘paco’ ”) y municipal (“Antonio Jalil y yo convencimos a Alperovich de poner a Domingo Amaya. Una semana después nos desconoció”).
Cano, a su turno, celebró estar frente a “verdaderos peronistas” y los diferenció de los alperovichistas. “Nunca vi un gobierno que, en nombre de Eva y Perón, haya robado como este”, cuestionó y se ganó una ovación. Tras una encendida alocución sobre sus propuestas, se mostró aliviado: “me siento cómodo. El PJ y la UCR tienen un objetivo común, mejorar la vida de la gente”.