KIEV.- Las armas se quedaron abruptamente en silencio a medianoche en gran parte del este de Ucrania, ya que comenzó el acuerdo de un alto el fuego alcanzado tras una semana de gestiones diplomáticas encabezadas por Francia y Alemania.
Sin embargo, los separatistas prorrusos anunciaron que no hay tregua en Debáltsevo, donde fuerzas armadas ucranianas están rodeadas. El Gobierno de Kiev ratificó que los ataques rebeldes aumentaron en esa zona.
“Por supuesto que podemos abrir fuego sobre Debáltsevo. Está en nuestro territorio -sostuvo Eduard Basurin, un alto comandante rebelde-. El territorio es interno: nuestro. E interno es interno. Pero a lo largo de la línea de confrontación no hay disparos”.
En una conversación telefónica con los líderes de Alemania, Francia y el presidente ruso, Vladimir Putin, el presidente ucraniano Petro Poroshenko enfatizó que la posición de los cuatro en las conversaciones de paz había sido de un alto al fuego en todas las líneas, incluyendo Debáltsevo.
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), responsable de supervisar el cese al fuego, apuntó que los rebeldes negaron a sus observadores el acceso a Debáltsevo. Ese ha sido el foco de combates durante semanas y será difícil hablar de una tregua si las tropas de Kiev continúan atrapadas o los rebeldes siguen tratando de avanzar. Las fuerzas ucranianas han aguantado por semanas en ese bastión.
El cese del fuego, negociado el jueves entre cuatro países, considera la creación de una “zona de contención” y la retirada del armamento pesado responsable de muchos de los 5.000 muertos. El conflicto ha causado el mayor deterioro de las relaciones entre Rusia y las potencias occidentales desde la Guerra Fría.
Maxim, un combatiente rebelde instalado en un punto de control en la carretera de Donetsk a Dnipropetrovsk, no espera que el alto al fuego se mantenga: “¿tregua? Lo dudo. Quizás dos o tres días y entonces comenzarán a disparar de nuevo. Esto es todo un espectáculo”.