Después de celebrar en la basílica de San Pedro la santa misa con los nuevos cardenales, el papa Francisco comentó el Evangelio del día, desde la ventana del Palacio apostólico. Previo al rezo del Ángelus, le habló a los fieles que colmaban la Plaza de San Pedro. Comentó el episodio de la curación del leproso y recordó en esta oportunidad que Jesús toma de nosotros nuestra humanidad enferma y nosotros tomamos de Él su humanidad sana y sanadora. “Esto ocurre cada vez que recibimos con fe un Sacramento: el Señor Jesús nos ‘toca’ y nos dona su gracia”, “nos cura de la lepra del pecado”, resalta la agencia católica de noticias Aica.

El Papa notó que una vez más el Evangelio nos muestra qué cosa hace Dios frente a nuestro mal: no viene a “dar una lección” sobre el dolor; tampoco viene a eliminar del mundo el sufrimiento y la muerte; viene más bien a cargar sobre sí el peso de nuestra condición humana, a llevarla hasta el fondo, para librarnos de manera radical y definitiva. “Así Cristo combate los males y los sufrimientos del mundo: haciéndose cargo de ellos y venciéndolos con la fuerza de la misericordia de Dios”, añadió.

Gran recibimiento

Monseñor Luis Villalba volverá a Tucumán el 20 de este mes. Para recibirlo, el arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca, encabeza los preparativos del recibimiento. No obstante, entre abril y mayo tendrá que volver a Roma, aunque seguirá viviendo en Tucumán y oficiando misa en la iglesia de la Santa Cruz, según dijo monseñor Zecca. Pero desde allí irradiará su misión al mundo, misión definida por Francisco como “un servicio de ayuda, apoyo y especial cercanía a la persona del Papa y por el bien de la Iglesia”.