Neil Patrick Harris despuntó siendo niño al interpretar al médico precoz Doogie Howser en televisión. Ahora se le puede ver en un papel dramático en “Gone girl”, la última película de David Fincher. Y entre una cosa y otra se confirmó como una estrella del teatro y se hizo popular por su papel de mujeriego en la comedia televisiva “How I met your mother”, para demostrar que su abierta condición de homosexual no influyó en la credibilidad al personaje.
Dentro de una semana, a sus 41 años, borrará de su lista de tareas pendientes la de presentar los Oscar, al suceder a Ellen DeGeneres, otra estrella asumió públicamente su homosexualidad sin tapujos ni problemas. Ya poco más le quedará por conseguir en una carrera marcada por la versatilidad y el sentido del humor: actúa, baila, canta. “Es un animador consumado. Su encanto y sus dotes teatrales le hacen el presentador ideal”, dijo la presidenta de la Academia de las Artes Cinematográficas de EEUU, Cheryl Boone Isaacs. Y muchos opinan como ella, porque Harris ha presentado dos veces la gala de los premios televisivos Emmy y cuatro veces la de los teatrales Tony, aparte de haber ganado estatuillas en una y en otra premiación.
“Tengo que admitir que estoy nervioso, pero es mucha menos presión que estar nominado. Es un sueño hecho realidad”, le dijo al diario The New York Times. “Todo puede pasar. Cualquier cosa”, afirma en uno de los videos de avances promocionales de la ceremonia, que promete que va a ser “muy divertida”.
“Lo hemos seguido y lo hemos visto explotar en películas, en televisión, en el escenario. Trabajar con él en los Oscar es la tormenta perfecta, con todos sus recursos y su talento juntos en un escenario global”, se ilusionan Craig Zadan y Neil Meron, productores de la gala por tercer año consecutivo.