Un crudo documental sobre el líder de Nirvana, Kurt Cobain, impresionó a la audiencia en su estreno internacional en el Festival de Cine de Berlín, mostrando facetas poco conocidas sobre la vida de un hombre que, a pesar o debido a su éxito, se sentía alienado hasta su suicidio.
Tras un trabajo de ocho años, “Cobain: montage of heck” es una montaña rusa multimedia de 135 minutos compuesta de películas caseras inéditas, grabaciones de audio, escritos de su diario de vida y dibujos en cuadernos, mezclados con fragmentos de entrevistas y videos de conciertos.
La familia Cobain concedió el acceso a “todo, sin restricciones”, explicó el cineasta Brett Morgen a la audiencia en el estreno mundial en la Berlinale, y agradeció a la viuda de Cobain, Courtney Love, por su confianza y coraje. “Nadie pidió un solo corte, nadie pidió un cambio, algo nunca visto cuando se habla de un icono así”, destacó Morgen.
El distorsionado sonido que emanaba de la guitarra de Cobain desató el movimiento grunge en la década de los 90, lo que le valió la etiqueta no deseada de voz de la Generación X.
El título del documental -coproducido por la hija de Cobain, Frances Bean- deriva del nombre de un casete de mezclas que Cobain grabó a fines de los 80.
La película muestra imágenes de Cobain cuando era niño soplando las velas de una torta de cumpleaños y posando con una guitarra de juguete, mientras se escucha de fondo una versión de cuna del gran éxito de Nirvana “Smells like teen spirit”.
Los padres describen al niño como un ángel, pero también como un torbellino cuya hiperactividad intentaban controlar con la droga Ritalin. Ellos hablan de su divorcio y de cómo Cobain debió vivir entre diferentes hogares mientras era adolescente.
Las escenas muestran a Cobain como un joven huraño, cuya propia voz en off describe cómo el descubrimiento de la marihuana y de la música punk lo ayudó a enfrentar una profunda sensación de aislamiento.
La segunda mitad de la película es un vistazo íntimo a la vida de Cobain con Love, donde se muestra, por ejemplo, al líder de Nirvana en una cama cantando la canción de los Beatles “And i love her”.
Cobain se suicidó en abril de 1994 a los 27 años, pero el documental no llega a ese momento: cierra con el final de la sesión acústica que hizo Nirvana para la cadena MTV, donde el músico simplemente agradece a la audiencia.
“Realmente no me preocupan los últimos días de Kurt Cobain”, dijo Morgen sobre su decisión de no incluirlos en el documental. “Yo traté de hacer una película que celebre la vida, no la muerte”.