Sebastián Domínguez - Especial para LA GACETA
Mitre es club con 89 años de historia. Nació como un lugar de encuentro de deportistas, que en la década del 60 recibió un predio en donde construyó su estadio (“Pascual Soler”) con capacidad actual para 4.500 espectadores. Además de fútbol, se practica hockey y handball.
Tiene como máxima autoridad a una mujer: Blanca Chacón. Su entrenador es un santafesino de nacimiento, pero salteño por adopción, Ricardo Aniceto Roldán, volante que jugó en Colón, Vélez y Juventud Antoniana, entre otros. Como DT saltó a la fama con el gran equipo de Gimnasia y Tiro que llegó al Nacional “B” en 1992. Además dirigió a Gimnasia (Jujuy), Altos Hornos Zapla, Mandiyú e Independiente Rivadavia.
Roldán dirige al “ciclón del San Bernardo” desde octubre de 2012. Bajo su conducción, logró mantener la categoría en la primera temporada. En la segunda, en cambio, mostró un mejor rendimiento. Y, en la tercera, con una base de futbolistas salteños -sólo un jugador del plantel es de otra provincia- llegó a la final.
Se trata de un equipo que se identifica por su unidad como grupo, que conoce muy bien sus limitaciones y potencia a la máxima expresión sus virtudes, entiéndase el orden táctico y la efectividad en las áreas. Y justamente ahí es donde tiene a sus dos máximos exponentes en cancha: el goleador histórico Cristian Alfaro (de 37 años) y el arquero Mauricio Pegini, de 26, que fue clave con sus atajadas para eliminar por penales a Talleres de Perico y a un grande de Salta, como Central Norte.
Además cuenta con Gustavo Barrionuevo, el cerebro en la mitad de la cancha, el delantero Álvaro Navarro (limpiaba vidrios en Metán) y defensores centrales con mucha firmeza, como Víctor Cortez y José Molina.
Mitre, el equipo “chico” de Salta, quiere escribir la página más importante de su historia para llegar a la línea de dos “grandes” como Juventud y Gimnasia, instalados en la tercera categoría del fútbol nacional desde hace años.