Ventas y oficios callejeros
Van desapareciendo algunos oficios y ventas callejeras, y con ello, parte de un Tucumán que ya fue. Podríamos recordar el voceo del camero, que se encargaba de reemplazar a domicilio el elástico de las camas, de alambre torcido y tejido. Las actuales parrillas de madera lo hicieron desaparecer. Otro tanto ocurrió con los colchoneros que también ofrecían su oficio a domicilio. Con un ingenioso balancín dentado que se entrecruzaba, tizaba la lana, y con aguja en mano armaba de vuelta el colchón. La gomaespuma, la estopa y los resortes, entre otras innovaciones, desterraron este oficio. Igual suerte corrió el hojalatero que, con un manojo de herramientas manuales y un pequeño soplete a nafta y bombín, estañaba y remachaba los recipientes hogareños. De su extinción se encargó el plástico descartable. Por suerte aún deambula por los barrios uno que otro afilador con el clásico flautín y su acondicionada bicicleta, donde monta y articula el girar de la piedra esmeril. Y si de ventas hablamos ¿quién se podría imaginar que vendiendo ballenitas para las camisas se podía “vivir” sin mayores esfuerzos? Actividad que existió y que mereció ser usada como una chanza vulgar “andá a vender ballenitas a El Bajo”. Mientras que el huevero, “gringo”, “turco”, “tano”, recorría las calles, de puerta en puerta, portando canastos repletos de huevos frescos. ¡Y qué placer era comer barquillos calentitos! (masa de fino hojaldre hecho rollitos) de la mano de un señor petiso, morrudo que, en horas de la tarde, recorría las calles con un tacho hermético de color rojo, sujeto con una correa sobre el cuello. Anunciaba su presencia con el golpeteo de una manopla de madera. Durante los tórridos veranos tucumanos se escuchaba el canto del hielero, que expendía barras de hielo en un carrito de chapa. Tucumán también tuvo su “organillero” (figura que quedó grabada en las letras tangueras). Se ubicaba en alguna esquina céntrica, dándole manija a su organito, y asistido por una adiestrada cotorrita (catita) que, de una cajita, extraía con su pico sobres de colores a pedido de los clientes, urgidos por conocer la suerte que le deparaba el día. Otra curiosidad perdida: el hombre de lengua “entreverada” que recorría los barrios suburbanos con una ristra de gallinas vivas, amarradas de las patas, de una soga que colgaba entre pecho y espalda. Por suerte, todavía tenemos al “achilatero”, que nos ofrece en vasitos achilata, ese producto “made in” Tucumán que más de un turista saborea con curiosidad. la venta del clásico panchito se inició como un producto callejero, ambulante, bastaba un calentador a querosén, una cacerolita con agua, las salchichas sueltas, el pan tipo “viena” y la clásica savora. ¡Y el manisero! que nos hechizaba con su particular llamada y su hornito a vapor; infaltable en los días de invierno y en lugares públicos. Mucho le costó a la Municipalidad desterrarlos de la puerta de los cines céntricos. Todos perduran en el recuerdo.
Ysmael Díaz
Mario Bravo 247
Banda del Río Salí
Inundaciones lamentables
En el NOA, Tucumán posee una de las cuencas hídricas más importantes; parte se desarrolla en las en montañas y otra discurre por las zonas de llanura. Hubo, hay y habrá lluvias anormales, salvo que cambie su ubicación en el globo terráqueo. Por ello asombra la carencia de un plan y un programa para una sana y correcta administración, sobre todo teniendo en cuenta, las numerosas ciudades, poblaciones y comunidades asentadas en su superficie. Un plan para controlar una cuenta con estas características, debe contemplar acciones contra la tala indiscriminada, la erosión en las márgenes de los ríos y cursos de agua y los asentamientos habitacionales en zonas inundables. Debe indicar las obras de ingeniería hidráulica necesarias (defensas, encausamientos, forestación, control de torrentes), las tareas de limpieza y mantenimiento de los cauces de canales, acequias, etcétera. No debe faltar tampoco, la educación en temas preventivos y de emergencia a las personas expuestas a los riesgos de inundación. El manejo sistemático y racional de una cuenta hídrica es complejo y tiene características multidisciplinarias, y debe ser una cuestión de Estado. Si no se actúa de este modo, cada lluvia extraordinaria nos pondrá en la misma situación dolorosa y lamentable que en estos momentos vive nuestra provincia.
Juan Francisco Segura
segurajuanf@hotmail.com
Yanquis: el caso Mattei
“Lamentable recomendación de lecturas” dice el lector Gustavo Wallberg (carta 3/2), en referencia a la bibliografía que sugiero al lector Roberto Cuello relacionada con el rol expoliatorio que cumplieron las corporaciones y el gobierno de los Estados Unidos, afirmación sumamente aventurada si se piensa que, por confesión propia, apenas leyó el primer capítulo de uno de la decena de los libros recomendados. Como aparentemente no hace buenas migas con la lectura, le sugiero que vea cine, lo cual puede resultarle más atractivo y accesible. Y si a eso se decide, le recomiendo la formidable “Il Caso Mattei” del director italiano Francesco Rosi (yo podría facilitarle una copia, si así lo desea) en la que se relata el asesinato mediante sabotaje de Enrico Mattei, a cargo del Ente Nacional de Hidrocarburos, a manos de las multinacionales del petróleo, por propiciar que el Estado italiano compitiera directamente con dichas empresas. Y si cree que esto también puede resultarle fatigoso, le sugiero que busque en Wikipedia “Enrico Mattei”, menester que no le quitará más de 5 minutos y le ayudará a comprender mejor la situación. Y si aún sigue cavilando, le sugiero la lectura de tan sólo los apéndices de la compilación de Rogelio García Lupo “Contra la Ocupación Extranjera”, uno de los cuales exhibe una nómina de cerca de 200 militares que ocuparon cargos durante la “Revolución Argentina” en empresas multinacionales o afines, entre los cuales aparecen, con detalles de rangos militares y cargos en dichas empresas, nuestros conocidos Julio Alzogaray, Pedro Gnavi, Eduardo Señorans, Mariano de Nevares y J.J. Montiel Forzano, entre otros. Incidentalmente esto corrobora que no hay corrompidos sin corruptores, y que este rol fue ejercido -y sigue siéndolo- por las multinacionales, aclaración que bien le vendría tomar en cuenta al señor Cuello, quien considera que la corrupción es un fenómeno puramente endógeno. ¿O no son empresas multinacionales Chevron, La Alumbrera y la Barrick Gold? Respecto de Adam Smith, sobre el que abunda Wallberg, me permito proponerle la lectura de “La Conquista Continúa”, de Chomsky, adonde se muestra cómo los herederos de aquél, los llamados monetaristas o “Chicago Boys”, tergiversaron la doctrina propugnada por su mentor, poniéndola al servicio de las multinacionales. En referencia a “Las Venas Abiertas de América Latina” me veo obligado a hacerle ver que la supuesta retractación de Galeano no proviene de fuente confiable alguna. Antes bien, navegando por Youtube, he podido verificar que en una entrevista televisiva reciente dijo que no cambiaría una coma de ese libro. O sea, que Wallberg desinforma dejándose arrastrar, quizá infantilmente como le gusta a él decir, por medios de difusión masiva interesados, del tipo (¡vaya coincidencia!) del New York Times, el diario de mayor tirada en U.S.A. y el que mejor desinforma, según lo demuestra reiteradamente Chomsky.
Clímaco de La Peña (h)
climaco2001@climacus.com.ar
Vendo o permuto
Vendo o permuto casa excelente ubicación, dos plantas (incluye un crespón y una mora), a 12 cuadras de plaza Independencia, rodeada de un gran lago, San Miguel y canales -San Cayetano e Irineo Leguisamo. Esta zona residencial alberga además de los laburantes, a motoqueros, faloperos, piperos, drogadictos, distribuidores y consumidores que, como zombies, de noche no duermen ni dejan dormir. Roban todo a su paso. Podríamos decir que es un barrio privado.... privado de cloacas y de agua. Una burla. Al tema de la inseguridad, ya le encontramos la solución: ya no nos hacemos romper la ropa ni las puertas; las dejamos abiertas, y les alcanzamos las cosas a los “choros” para que no nos maten. Además, nos convertimos en ecologistas: en nuestro barrio abundan los mosquitos, arañas y cucarachas; alacranes, murciélagos y ratas. Por cuestión de precio recibo ofertas o cambio por casilla a la orilla del río o algún autito viejo.
Francisco Amable Díaz
Pedro G. Sal 1.180
Barrio 20 de Junio
Pequeños gestos de Francisco
Después de Juan Pablo II y Benedicto XVI, Francisco es el tercer Papa que celebró la festividad de San Andrés en Estambul, pero su visita ha sido cualquier cosa menos puramente protocolar. Los cristianos sufren una cruel persecución en Oriente Próximo, y este viaje daba visibilidad internacional a su drama. Frente a oscuras fuerzas empeñadas en hacer desaparecer una presencia dos veces milenaria, la minoría cristiana quiere seguir desempeñando un papel activo en la sociedad, para lo cual es de vital importancia que católicos y ortodoxos hablen con una sola voz. Hasta que no se alcance la comunión plena de todos los cristianos por la que rezó Jesús en el Cenáculo, persistirá una herida que ensombrecerá el anuncio del Evangelio. Pero esa unidad hay que construirla día a día con pequeños gestos y con algún gran paso como el realizado por el papa Francisco, que permite encarar el resto del camino con esperanza.
Pedro García
pegarcia2179@gmail.com
Pami vergonzoso
Lo que voy a narrar, sucedió con el padre de un gran amigo. El mes pasado, ante una situación angustiosa con la salud de su padre -un hombre mayor que trabajó toda su vida y que padece cáncer-, debió llevarlo de urgencia a la guardia del sanatorio que le correspondía por padrón, Luz Médica. Grande fue su sorpresa cuando le avisan que ya no pertenecía más a ese sanatorio, a pesar de que llevaba el carnet emitido por la obra social, y la boleta de sueldo. Un administrativo le indica que, por decisión de las autoridades del PAMI -Tucumán, el padre había sido transferido a otro sanatorio y que debía ser atendido en el 9 de Julio. Con la consternación de ver a su ser querido enfermo, concurrió al mencionado nosocomio, donde le negaron la atención. Desesperado y sin saber qué hacer volvió a Luz Médica, donde justo se encontró con el médico que siempre atendió a su padre y, al verlos en esas condiciones decidió ayudarlos. Al concurrir al PAMI para solucionar ese problema, deambuló por los pasillos sin respuestas: el director se negó a atenderlo y fue derivado al área médica donde tampoco le dieron soluciones. Peregrinó hasta el cansancio por el PAMI con la sola respuesta de que se trataba de un cambio masivo, decidido por el gerente, y que sólo él tenía la posibilidad de transferir al padre al sanatorio de origen; pero se negó a atenderlo. Desesperado por tener al padre en una guardia sin cobertura y sin respuesta de parte de los que idearon estos cambios, tuvo un acceso de cólera para conseguir que lo escucharan; parece que es la única manera de lograr que a los abuelos los escuchen. Cuento esto para que la sociedad sepa cómo se trata a los mayores en el PAMI. ¿Es acaso justo que un director médico, sólo por el cargo que ocupa, pueda jugar con la vida de una persona? ¿Se puede hacer lo que se quiere con los viejos, priorizando los intereses económicos a la salud de alguien que trabajó toda su vida para terminar así? ¿Qué sucede con los abuelos que no tienen a alguien que pueda ocuparse de ellos? Deambularán, seguramente, hasta cansarse y resignados al manoseo. ¿Dónde está el respeto por el prójimo? Parece que algunos nunca lo tuvieron.
María E. González
Pasaje Japón 1.858 - San Miguel de Tucumán
Tristeza por Amaicha
Desde mi juventud visito Amaicha del Valle en verano. Esta antigua y querida villa hoy dejó de ser para el visitante un lugar amigable para quienes buscan tranquilidad y espacios de “ rélax”. Grupos de jóvenes alcoholizados a toda hora, desandan el principal y único paseo, la plaza San Martín, donde, extenuados, duermen en los bancos y sobre el césped, a la vista de todos, incluidos visitantes que con sacrificio pudieron llevar a sus hijos a un lugar tranquilo, supuestamente, y para respirar aire puro. ¿Qué estamos haciendo de este oasis, por su clima y belleza agreste? ¿A dónde llegaremos con tanta permisión? ¿Qué hacen las autoridades responsables que brillan por su ausencia? ¿Quién pone orden? Los dos o tres policías existentes en la zona se encuentran en la puerta de la seccional de la villa. La oscuridad de la plaza y de las calles colindantes es extrema. Podrían cometerse actos abominables como si nada. Y luego, la impunidad, como parece ser el denominador común en nuestra sociedad. Me invade una profunda tristeza, luego de haber dado este panorama de Amaicha del Valle. Pido a las autoridades competentes, en forma urgente, tomar cartas en el asunto y rescatar este maravillosos lugar de todo tipo de contaminación. Tal vez, la solución podría encaminarse por ejercer el derecho de admisión a cierto turismo, como lo hicieron en otras sitios turísticos.
Juan Manuel Frías
Crisóstomo Alvarez 1.099 - San Miguel de Tucumán