BARCELONA, España.- Por intentar hacer las cosas aún mejor de lo que él mismo puede, el delantero argentino Lionel Messi puso su flamante camioneta en manos de uno de los encargados del parking en el que guardan los jugadores sus vehículos y terminó viviendo un episodio impensado.

El empleado del lugar quiso maniobrar una y otra vez para poder sacar la camioneta, pero no tuvo en cuenta su largo. Yendo marcha atrás chocó una baranda y todos los fanáticos agolpados en el lugar esperando la salida de sus ídolos no dejaron pasar desapercibida la situación.