Pronto comenzarán las clases y es muy importante que lleves a tus chicos para que les hagan un chequeo médico completo, con el fin de descartar cualquier tipo de problema que pueda perjudicarlos durante el ciclo escolar. En este examen, el control de la audición juega un papel importante porque se trata de un sentido que es clave: cualquier deficiencia o dificultad en la escucha puede producir problemas de aprendizaje, como así también de dicción.

Si tu niño no responde de manera adecuada a un ruido o a una voz, si notás un desarrollo lento en el lenguaje y en el habla, o si pronuncia mal las palabras ¡prestá atención! Podría deberse a una deficiencia auditiva.

“Muchos chicos no suelen darse cuenta de su disminución auditiva. Algunos de ellos, de manera inconsciente, utilizan estrategias para comprender lo que quieren oír, como leer los labios. Otros, hablan gritando, o bien no registran si alguien les habla por detrás. Una hipoacusia de leve a moderada no diagnosticada a tiempo puede generar severos problemas y trastornos del vocabulario, problemas de dicción y, lo que es más grave, dificultades en el aprendizaje. Todo esto puede prevenirse si al niño se le realiza una audiometría. Este examen, muy sencillo, podría evitar inconvenientes durante el año escolar”, afirma la fonoaudióloga Mónica Matti.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda llevar al niño al médico si presenta dolores en los oídos, supuración, pérdida de la audición, si tiene problemas para aprender a hablar o bien no entiende cuando otra persona le habla. Lo más importante es saber que los problemas de audición son tratables si se los toma a tiempo (lo ideal antes de que un bebé cumpla tres meses).

Los exámenes tempranos de la audición y las evaluaciones regulares ayudan a los niños a sociabilizarse en forma natural.